Placer Culpable

Dic 18, 2020

La Madre Del Blues

En 2015 Denzel Washington anunció que produciría versiones fílmicas de las diez elogiadas obras teatrales que conforman el «Ciclo Pittsburgh», del reconocido dramaturgo August Wilson, quien las estrenó entre 1982 y 2005, pocos meses antes de fallecer a los 60 años. Cada una de las piezas está ambientada en una década distinta del siglo XX y representa distintas facetas de la realidad afroamericana en Estados Unidos. Salvo una, todas transcurren en la ciudad natal de Wilson, Pittsburgh -lo que da el nombre a este grupo de obras-, y Washington comenzó su serie de adaptaciones al cine dirigiendo y protagonizando hace cuatro años la tercera -y una de las dos del ciclo que ganaron el premio Pulitzer-, “Fences”, que fue nominada a cuatro Oscar incluyendo Mejor Película.

En esta segunda adaptación, Denzel Washington figura sólo como productor y las películas restantes, que originalmente llegarían a HBO, finalmente pasarán a realizarse para Netflix; en este caso es el turno de la obra que precedió a “Fences”, y de hecho es la única que no transcurre en Pittsburgh: “Ma Rainey’s Black Bottom”, que debuta en la plataforma como “La madre del Blues”. Si en “Fences” la historia se desarrollaba en los años 50, ahora estamos en el Chicago de los locos años 20, más precisamente en 1927, donde Ma Rainey, quien hasta hoy es recordada como una de las figuras emblemáticas de la historia del blues, se ha trasladado a la gran ciudad desde sus tierras sureñas para grabar un disco, en el que se incluirá uno de sus hits, el que da el título original a la obra y película. 

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La protagonista… y quien se roba la película

Estrenada en 1984, la pieza teatral se desarrolla a lo largo de la jornada de grabación y pone en el centro los conflictos que se generan entre Ma Rainey, quien tiene un carácter fuerte y no se deja pasar a llevar por nadie y uno de los cuatro músicos de su banda, el trompetista Levee, joven, talentoso y ambicioso, quien quiere destacar por sí mismo. Y más allá de las distintas anécdotas y las tensiones que van en aumento durante del registro discográfico, también se abordan las diferentes formas en que los afroamericanos se relacionan con los blancos en el contexto de esa época, lo que obviamente le agrega un interés extra en este año pandémico en que los enfrentamientos por causas raciales generaron mucha polémica y debate en Estados Unidos.

Con su rol en la versión cinematográfica de “Fences”, Viola Davis ganó el Oscar y el Globo de Oro como Mejor Actriz Secundaria y en esta nueva incursión en una obra de August Wilson otra vez suena como una de las posibilidades en los premios de la Academia, ahora en la categoría Mejor Actriz. Permanentemente transpirada, impaciente y malhumorada, sin preocuparse de no ser convencionalmente atractiva y luciendo sus dientes de oro, por momentos su personaje está al borde de la caricatura, pero Davis sabe aportar su talento y expresividad para ir más allá, aunque se hace muy notorio que no es ella misma quien canta. 

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Sin embargo, aunque sea quien da nombre a la obra, Ma Rainey no es la verdadera protagonista, ni en el teatro ni en su adaptación a la pantalla. Quien se roba la película y el gran responsable de que “La madre del Blues” generara más expectativas en los últimos meses y esté dando mucho más que hablar, es quien encarna a Levee: Chadwick Boseman, el recordado protagonista de “Pantera Negra”, quien remeció las redes sociales en todo el mundo a fines de agosto cuando murió de cáncer con sólo 43 años. Lleno de ímpetu y energía, carismático y vital, su interpretación del personaje es avasalladora, sobre todo por cómo logra transitar entre la fanfarronería y la emoción en un par de momentos muy significativos y que a modo de monólogos funcionan muy bien para revelar el interior del rol. Viéndolo en pantalla diciendo frases como «No estaré mucho con ustedes» o «Ya llegará mi hora», tiene un alcance distinto ahora que sabemos que ya no está entre nosotros.

Pero la interpretación de Boseman va más allá de ese hecho y se luce por sí misma, quedando como un conmovedor testimonio final de su talento, conformando un especial díptico con su místico ‘Stormin’ Norman en “5 sangres” de Spike Lee, también estrenada este año en Netflix. Su nominación al Oscar de manera póstuma está a estas alturas prácticamente asegurada, y será merecida. 

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Un origen teatral que no se disimula

“La Madre del Blues” tiene una eficaz ambientación de época, en la que se lucen especialmente los vestuarios de una veterana leyenda viviente, próxima a cumplir los 90 años: la diseñadora Ann Roth, activa en el cine desde los años 60, ganadora del Oscar por “El paciente inglés” y quien ha pasado desde los icónicos trajes que creó en clásicos como “Midnight Cowboy” y “Klute” hasta sus trabajos con cineastas como Lumet, De Palma, Van Sant, Haynes, Baumbach o Spielberg, y especialmente su fructífera colaboración en la filmografía de Mike Nichols. Y en lo sonoro, además de las canciones originales de Ma Rainey, también aporta el tono musical idóneo la partitura de Branford Marsalis.

Pero más allá de eso y de las lucidas actuaciones, como suele ocurrir con la gran mayoría de las adaptaciones del teatro al cine, no se puede ignorar el hecho de estar viendo una versión fílmica de una obra. Mal que mal, el realizador del filme es una eminencia de la escena: el dramaturgo y director teatral George C. Wolfe, varias veces nominado y ganador del premio Tony, y recordado por hitos como dirigir el estreno en Broadway de “Ángeles en América” o la aplaudida versión de “Madre Coraje y sus hijos de Brecht” protagonizada por Meryl Streep. Pero, aunque en sus películas para televisión -Lackawanna Blues y The Inmortal Life of Henrietta Lacks- ha tenido una buena acogida, no tuvo mayor impacto en el cine, ni con el drama romántico “Nights in Rodanthe” (2008) ni con “You’re Not You” (2014).

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Aunque al igual que la obra casi toda la película se desarrolla en un par de espacios del estudio de grabación, Wolfe incluye algunas puntuales escenas en exteriores que ayudan a dar algo de aire y variedad a la puesta en escena. Pero, por la forma en que está filmada y por lo plano de las opciones visuales, en muchos momentos en verdad da la impresión de estar viendo el registro de una función en un teatro, en especial en los diálogos o los momentos en que los protagonistas reflexionan. El montajista Andrew Mondshein -quien ha editado películas de cineastas como Lumet o Hallström, e incluso la recordada “El Sexto sentido”- ayuda a mantener el ritmo y la fluidez, pero queda la impresión de que en esta adaptación se pudo aprovechar aún mejor el espacio y el tiempo. Eso sí, Wolfe sabe que cuenta con excelentes actores -además de Davis y Boseman, el resto del reparto también es muy sólido- y al parecer pensó que con ellos, sumados a la fuerza y vigencia del texto de Wilson, era suficiente.

Disponible en Netflix

Título Original: Ma Rainey’s Black Bottom
País: Estados Unidos
Año: 2020
Director: George C. Wolfe
Actores: Viola Davis, Chadwick Boseman, Colman Domingo, Glynn Turman, Michael Potts, Jeremy Shamos, Jonny Coyne, Dusan Brown
Duración: 94 minutos

Joel Poblete Morales

Periodista y crítico de cine, ex presidente del Círculo de Críticos de Arte de Chile. Como miembro de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica, FIPRESCI, integró jurados de la crítica en festivales de Alemania, España, Suiza y México. Entre 2007 y este año fue uno de los programadores del festival de cine SANFIC. Periodo 2020 - 2023.

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