May 12, 2023

Empieza el baile

Quienes admiran y aprecian la cinematografía argentina, pueden reconocer que ésta se manifiesta siempre a través de distintas vertientes y en cada una de ellas suele ser muy efectiva. Así como a lo largo de las últimas dos décadas se ha afianzado una línea de cine más propiamente autoral, más exigente para las audiencias y que generalmente no logra llegar al público masivo, pero tiene mucha figuración entre los críticos y el circuito de festivales, también están aquellas comedias muy livianas, transversales y de vocación popular que los trasandinos han desarrollado de toda la vida y que pueden ser muy exitosas aunque no conciten el fervor cinéfilo; y entre ambos caminos se ubican esos títulos que a pesar de también apostar por la comedia o el cine de género, están elaborados con mucha más precisión, atención al detalle y criterios artísticos más desarrollados, con lo que se puede dejar conformes tanto a los espectadores como a la crítica especializada. En esos terrenos podríamos ubicar a “Empieza el baile”, coproducción argentina-hispana que acaba de llegar a la cartelera.  

Con esto no quiero decir que este largometraje llegue al nivel de lo que han conseguido producciones trasandinas que se han convertido en fenómeno internacional, como “El secreto de sus ojos” o “Relatos salvajes”, pero de todos modos podemos encontrar aspectos que funcionan mejor que el promedio de las comedias de ese país que llegan por estos lados. Su trama parte en Madrid, donde Carlos, un exbailarín argentino de tango que lleva años viviendo en España junto a su esposa e hija, se entera del fallecimiento de Margarita, quien fuera su gran pareja artística y también sentimental, en un espectáculo que les llevó a ser reconocidos a lo largo de toda Argentina. En su viaje a Buenos Aires para despedir a quien fuera conocida como «la emperatriz del tango» y «las piernas de Buenos Aires», se reencontrará con su amigo y bandoneonista Pichuquito y ese será el comienzo de un viaje en un destartalado vehículo desde la capital hacia Mendoza, donde los recuerdos y el humor se mezclarán con la nostalgia y varias sorpresas que se remontan a prácticamente 40 años.

De Madrid a Buenos Aires, y de ahí a Mendoza

Este es el tercer largometraje de la directora y guionista argentina Marina Seresesky, quien como el personaje de su película está radicada desde hace más de dos décadas en España; hace siete años por acá se pudo ver como parte de la programación del festival Sanfic su ópera prima “La puerta abierta”. Al igual que en aquella, en “Empieza el baile” la historia es sencilla y sin mayores pretensiones y se entremezclan los aspectos cómicos con los dramáticos y, aunque acá en el camino surgirán unas cuantas vueltas de tuerca, secretos y revelaciones que por supuesto es mejor no adelantar, en términos generales se podría decir que todo fluye de una manera bastante convencional e incluso predecible. Sin embargo, hay distintos elementos que ayudan a que el resultado funcione bastante bien, partiendo por su puesta en escena fluida y el relato que se desarrolla con buen ritmo y se hace más irresistible considerando sus aspectos de road movie, lo que implica el uso de atractivas locaciones, al estar filmada tanto en grandes capitales como Madrid y Buenos Aires como en diversas zonas y alrededores de ciudades como Rosario y Mendoza.

Como era de imaginar teniendo en cuenta el argumento, la banda sonora necesitaba de sonidos tangueros y ese aspecto está muy bien conseguido, ya que no sólo se incluye en momentos muy puntuales alguna de las melodías más emblemáticos del gran Astor Piazzolla, además es un aporte la evocadora melancolía de la muy a tono música incidental de Nicolás Guerschberg, reconocido compositor y pianista del grupo Escalandrum, agrupación con una trayectoria de casi un cuarto de siglo, que integra junto a artistas como el propio Daniel «Pipi» Piazzolla, nieto del legendario maestro.

Aunque no todas las situaciones o resoluciones argumentales se logran con la misma contundencia, la historia no consigue evitar unos cuantos clichés y los personajes y lugares que los viajeros van encontrando en el camino corren el riesgo de caer en el costumbrismo más pintoresco, el film logra evitar los golpes bajos o caer en la sensiblería, no sólo por los recursos que utiliza la directora, sino especialmente por sus actores protagónicos, tres figuras tan reconocidas en el cine argentino como son Darío Grandinetti, Mercedes Morán y Jorge Marrale. Con el talento que les caracteriza, y con muy buena química entre ellos, le sacan buen partido a sus diálogos, son capaces de hacer entrañables a sus personajes dotándolos de humanidad y sensibilidad, yendo más allá de los clichés y haciéndolos creíbles en sus rasgos y en ese humor que por momentos puede ser bastante negro, pero también en sus pasajes de ternura y nostalgia. Se conforma así un relato que quizás no llega demasiado lejos, pero se siente grato y simpático y es un nuevo ejemplo de ese tipo de cine que al otro lado de la cordillera saben hacer tan bien, que consigue cautivar al espectador apelando a lo sentimental y a elementos reconocibles de la idiosincrasia argentina.

  • Título original: Empieza el baile
  • Director: Marina Seresesky
  • País: Argentina, España
  • Año: 2023
  • Género: Comedia, drama
  • Duración: 99 minutos
  • Guión: Marina Seresesky
  • Con: Darío Grandinetti, Mercedes Morán, Jorge Marrale, Pastora Vega,  Carolina Sobisch, Agostina Pozzi, Lautaro Zera, Marcelo Xicarts
  • Música: Nicolás Guerschberg
  • Producción: Christian Faillace, Juan Pablo Galli, Álvaro Lavín, Marcelo Ortega
  • Fecha de estreno: 11 de mayo, 2023
  • Distribuidora: Cinecolor Films Chile

Joel Poblete Morales

Periodista y crítico de cine, ex presidente del Círculo de Críticos de Arte de Chile. Como miembro de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica, FIPRESCI, integró jurados de la crítica en festivales de Alemania, España, Suiza y México. Entre 2007 y este año fue uno de los programadores del festival de cine SANFIC. Periodo 2020 - 2023.

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