Placer Culpable

Abr 1, 2022

Un Lugar Llamado Dignidad

Hace casi una década, con su ópera prima “Raíz”, el realizador Matías Rojas Valencia dejó una buena y prometedora impresión gracias a una película en tono menor, sutil, con personajes que se sentían reales y humanos en un contexto rural del sur de Chile. Estrenada en 2013 en el Festival de San Sebastián, ganadora en la competencia de cine chileno de FicValdivia y exhibida al año siguiente en la cartelera local, quizás por su sencillez y bajo perfil es un título que no dio tanto que hablar, pero tenía méritos suficientes para ser aún más conocida. Ahora, el cineasta está de regreso y en su segundo largometraje: “Un lugar llamado Dignidad”, que desde esta semana se puede ver en cines, nuevamente se sitúa en el entorno rural, aunque ahora con connotaciones y alcances muy diversos a los de su debut.

Estrenado mundialmente el año pasado en la competencia del festival SANFIC y exhibido en certámenes en ciudades europeas como Tallin y Gotemburgo, el filme se ambienta en 1989, en los últimos meses de la dictadura chilena y su protagonista es Pablo, de 12 años, a quien apodan «el gorrión de Parral» por lo bien que canta; con la insistencia de un pastor evangélico y el beneplácito de su madre, una humilde temporera, el adolescente recibe una beca para residir en la Colonia Dignidad, el a estas alturas célebre enclave alemán ubicado en la Región del Maule. Ahí, conocerá a Paul Schäfer, el líder de la comunidad, siempre rodeado por sus jóvenes ayudantes, los «Sprinter», quienes tienen privilegios como poder ver la televisión, pero también están involucrados en situaciones muy sospechosas que inicialmente Pablo no alcanza a comprender del todo, aunque de a poco irá entendiendo mejor, especialmente cuando se haga amigo de uno de los Sprinter, Rudolf, quien nunca ha ido al pueblo o por ejemplo ni siquiera sabe lo que es un semáforo. Y, por otro lado, el espectador irá conociendo la realidad silenciosa de otros personajes como Gisela y Johannes, una joven pareja que quisiera tener un hijo, pero las estrictas normas del lugar dificultan aún más las cosas y los hacen correr riesgos. 

Un tema recurrente en el último tiempo

A estas alturas se ha dicho, escrito y visto tanto sobre Colonia Dignidad que podría parecer que ya no hay nuevas aristas que abordar al respecto. Entre otras, se han podido ver la película “Colonia”, coproducción internacional de 2015 protagonizada por Emma Watson y Daniel Brühl; la serie “Dignidad”, de 2019, coproducida entre Chile y Alemania; y el año pasado en Netflix dio mucho que hablar con “Colonia Dignidad: Una secta alemana en Chile”, notable y estremecedora docuserie que dejó la vara muy alta. También desde el ámbito documental: “Cantos de represión”, el premiado largometraje que en 2020 ganó en las competencias de cine chileno en FicValdivia y Fidocs, es otro trabajo muy impactante, que además al fin tendrá su estreno en cartelera en pocas semanas más.

Justamente tomando en cuenta estas producciones, que se han estrenado con muy poca distancia temporal entre sí, es inevitable caer en comparaciones y en ese plano, a pesar de distintos logros que hay que reconocerle, esta nueva película chilena no llega demasiado lejos ni aprovecha de desarrollar aún más todo el potencial del tema. Está bien logrado el clima de opresión del lugar, los apuntes políticos son puntuales pero efectivos -como la visita de invitados especiales a la Colonia, entre quienes está la mismísima esposa del dictador, encarnada por Paulina Urrutia- y se consigue sugerir en determinados momentos cómo se manipulaba la información para mantener la imagen externa del enclave, pero en general queda la impresión de que se pudo profundizar aún más, o que la historia se toma su tiempo para irse ampliando, y de repente todo va concluyendo demasiado rápido y con diversos aspectos que merecían más tiempo y detalles. A pesar de eso, el montaje, a cargo de la reconocida y experimentada Andrea Chignoli y el propio director contribuye a mantener un buen ritmo, puntuado en determinados instantes por la enrarecida música de Eryck Abecassis, que se pudo haber potenciado más en vez de recurrir de manera tan sostenida y obvia a una partitura tan conocida como la «Sarabande» de Handel, de indiscutible dramatismo y belleza, pero ya tan utilizada en el cine, en especial a partir de un clásico como el Barry Lyndon de Kubrick.

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El trabajo visual y las interpretaciones

La dirección de arte de Laura Caligiari y la excelente dirección de fotografía del siempre sólido Benjamín Echazarreta (Gloria, Una mujer fantástica, Cielo) ayudan a conformar la atractiva visualidad y la ambientación del filme, uno de sus puntos altos, junto con las buenas actuaciones del elenco encabezado por el joven Salvador Insunza y que alterna talentosos actores locales como Amalia Kassai y David Gaete -ambos interpretando a esa pareja que atraviesa complicaciones tan difíciles e incómodas, que queda la sensación de que se merecían que su historia se ahondara aún más- o Claudia Cabezas -quien demuestra su habitual potencia interpretativa en su única escena, breve pero fuerte y efectiva-, con una veterana e ilustre figura: interpretando a Paul Schäfer, está el alemán Hanns Zischler, quien con más de medio siglo de carrera cinematográfica ha estado desde en clásicos de Wim Wenders (era uno de los protagonistas en la notable En el transcurso del tiempo) hasta títulos de cineastas como Costa-Gavras, Spielberg y Assayas. Su líder acá tiene una presencia amenazante bajo su aparente calma y se nota su oficio, pero también deja la impresión de que se le pudo sacar aún más partido al personaje.

Título Original: Un lugar llamado Dignidad
Director: Matías Rojas Valencia
País: Chile, Francia, Colombia, Argentina, Alemania
Año: 2021
Género: Drama
Duración: 99 minutos
Guión: Matías Rojas Valencia
Con: Salvador Insunza, Hans, Amalia Kassai, Noa Westermeyer, David Gaete, Luis Dubó, Leonie Wesselow, Giannina Frutero, Paulina Urrutia, Alejandro Goic
Música: Eryck Abecassis
Producción: Giancarlo Nasi, Sophia Ayissi, Jorge Botero, Luciana Azul, Denis Vaslin, Linus Günther, Titus Kreyenberg, Iván Granovsky
Fecha De Estreno: 31 de marzo
Distribuidora: Storyboard Media

Joel Poblete Morales

Periodista y crítico de cine, ex presidente del Círculo de Críticos de Arte de Chile. Como miembro de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica, FIPRESCI, integró jurados de la crítica en festivales de Alemania, España, Suiza y México. Entre 2007 y este año fue uno de los programadores del festival de cine SANFIC. Periodo 2020 - 2023.

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