Durante los últimos días me di el placer no culpable de ver “Nomaland”, la película de Chloé Zhao, quien seguramente se llevará el Oscar a la Mejor Dirección, pero más allá de disfrutar la historia y la excelente actuación de Frances McDormand, me puse a pensar ¿Por qué en Chile no se filman películas extranjeras y nacionales aprovechando los maravillosos paisajes que tenemos?
Me costó encontrar la respuesta, pero pude darme una idea. En alguna época de nuestra historia, Prochile y otros organismos hicieron una campaña internacional promoviendo las bondades del país para la filmación de películas, series de televisión, spots y otros. Dio resultado, en el momento, pero después nada.
Recordemos cuando se filmó el 2008 la cinta de James Bond “Quantum of Solace” con el guapo Daniel Craig, el norte chileno se revolucionó. Hasta el Alcalde de una localidad salió de extra. Pero, debut y despedida porque nunca más tuvimos una filmación de esa envergadura internacional en nuestro territorio. Ni siquiera “Los 33” se hizo totalmente acá, sino que el grueso de la producción se realizó en Colombia.
POCAS FACILIDADES PARA LOS PERMISOS
Conversando descubrí que uno de los principales problemas con que se encuentran los productores son las pocas facilidades que hay a nivel gubernamental para obtener permisos de filmación y uso de bienes públicos. Es engorroso y como no hay costumbre de relacionarse con este tipo solicitud, empieza el trámite por distintos lugares, algo propio de nuestra burocracia. Sin embargo, esto no es todo, en el caso de 007, el edil de Sierra Gorda hizo una protesta porque los extranjeros confundieron Chile con Bolivia, una actitud comprensible y que sacó aplausos, pero que en Santiago fue criticada: el diario La Segunda publicó una encuesta al respecto y el 75% de sus lectores estuvo en desacuerdo con las acciones de la autoridad, debido a la imagen negativa que sentían se presentó de Chile. Asimismo, consideraron que la controversia desanimaría a producciones que buscaran filmar en el país en el futuro.
FALTA DE FRANQUICIAS TRIBUTARIAS
Y parece que tenían razón. Además de estos episodios se suman las escasas franquicias tributarias que se otorgan a estos proyectos, algo que países como Colombia, Canadá y Francia entendieron porque, a cambio de esas exenciones, saben que aumenta el empleo, el turismo, la ocupación hotelera, en fin, un negocio redondo que nosotros parece no alcanzamos a visualizar.
Además de estos hechos debemos sumar la típica costumbre nuestra de subir los precios, a veces a cifras exorbitantes, para sacarle el máximo provecho posible a los turistas y/o en este caso a los integrantes de los equipos de filmación, lo que no ayuda mucho a incentivar el regreso. Es verdad que tenemos paisajes inigualables, con ventajas comparativas únicas como montaña y cordillera a una hora de Santiago; mar y playa a una hora y media de la capital, pero no es suficiente.
En estos momentos Canadá, Francia y Colombia son los centros de locaciones de todo tipo de películas, tal como nos explica Damien Cox en su columna Curiosidades de Placer Culpable. Estamos seguros que nuestro sur, nuestro mar y nuestro desierto son lugares óptimos para cualquier producción cinematográfica, pero son los anexos los que no están acorde a lo que se busca: ser una fuente de ingreso no tradicional aprovechando lo bueno que tenemos. Hagamos de una vez por todas las cosas bien y abramos una nueva vía de inversión, que debería ser muy rentable y suficiente para ayudar a superar los problemas económicos que nos dejará la pandemia.
