Noviembre es el Mes de la Diabetes, cuyo objetivo es generar conciencia sobre esta enfermedad que afecta a 589 millones de personas en todo el mundo, según la última edición del Atlas de la Diabetes de la Federación Internacional de Diabetes (FID), y en el caso de Chile, según la última Encuesta Nacional de Salud, cerca del 12% de la población padece esta enfermedad. Derribemos mitos sobre diabetes e infertilidad.
En este escenario, uno de los aspectos menos conocido es su relación y efectos en la fertilidad, tanto en mujeres como en hombres. En el caso de las mujeres, especialistas indican que la diabetes no impide la maternidad ni los tratamientos de reproducción asistida, siempre que esté bien controlada; sin embargo, cuando aparece durante el periodo de gestación, la situación cambia.
Conocida como diabetes gestacional, esta condición aumenta los riesgos tanto para la madre como para el bebé. ¿De qué se trata? En el embarazo puede ocurrir que los cambios hormonales que viven las mujeres originen un bloqueo de la función de la insulina. Cuando esto sucede, los niveles de glucosa se pueden incrementar en la sangre de la embarazada.
Diabetes gestacional
“Suele presentarse en una etapa avanzada de la gestación y afecta a alrededor del 5% de las mujeres embarazadas. Aunque normalmente desaparece tras dar a la luz, constituye un factor de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro, tanto para las madres como para sus hijos. Por ello es fundamental que la diabetes gestacional se detecte a tiempo, ya que de no controlarla adecuadamente puede provocar también complicaciones durante el parto, partos prematuros o bebés con exceso de peso al nacer”, explica el doctor Rodrigo Carvajal, especialista en medicina reproductiva de IVI Santiago. Por esta razón se realizan controles de glucosa entre las semanas 24 y 28 de gestación; si el resultado es positivo se debe iniciar un tratamiento que incluye alimentación equilibrada, actividad física moderada y controles médicos periódicos.
En cuanto a los hombres, la diabetes puede tener un impacto silencioso en su fertilidad, pudiendo afectar la calidad de los espermatozoides, alterando su maduración, desarrollo y función. Esto se debe al estrés oxidativo que genera la diabetes, acelerando el envejecimiento prematuro de los gametos masculinos y dañando el ADN espermático, lo que aumenta el riesgo de fallo de implantación, abortos espontáneos o alteraciones genéticas en la descendencia.
Realizar pruebas
Además, si la enfermedad no está tratada correctamente, puede provocar también problemas de función sexual, como disfunción eréctil, eyaculación retrógrada o bajos niveles de testosterona, lo que disminuye aún más las posibilidades de concepción natural. Los especialistas indican que cada caso debe ser evaluado de forma individual, realizar pruebas de testosteronas, espermiograma y estudios de ADN espermático o de estrés oxidativo.
Como indica el doctor Carvajal, “mantener un control estricto y riguroso de la glucosa es clave para preservar la salud reproductiva, ya que tanto el exceso como la falta de la insulina pueden afectar al equilibrio hormonal necesario para la fertilidad”.
Llevar una dieta saludable, hacer ejercicio con regularidad, evitar sustancias nocivas como el tabaco o el alcohol y seguir las indicaciones médicas de forma responsable, mejorarán significativamente la fertilidad, para ambos sexos. La diabetes no tiene que ser una barrera para ser madre o padre, pero sí requiere de un compromiso activo con el cuidado de la salud. La detección temprana, el acompañamiento médico y los hábitos saludables son las mejores herramientas para evitar cualquier tipo de problema.











