En agosto del 2019, seis meses antes de que el mundo se sumiera en la pandemia global que desvirtuó los sistemas de exhibición cinematográfica tradicional, el gerente de Warner Toby Emmerich anunció que una cuarta parte de la saga “The Matrix” estaba en proceso de creación y que las hermanas Lana y Lilly Wachowsky la dirigirían. A 20 años del estreno de la película original, Hollywood daba a entender claramente que todavía estaba dispuesto a gastar dólares en las aventuras virtuales de Neo (Keanu Reeves) y su troupe de guerreros anti-máquinas.
En sincronía con los tiempos de espera para “The Matrix 4”, que verá su llegada al mismo tiempo a salas y a HBO Max en diciembre del 2021, Netflix ofrece la trilogía de las producciones originales, “The Matrix” (1999), “The Matrix Revoluciones” (2003) y “The Matrix Recargado” (2003). Se trata de una buena oportunidad para revisitar una de las producciones más influyentes de la ciencia ficción y también para comprobar una vez más que después del discreto resultado de “The Matrix Recargado” nadie quedó demasiado contento con los cabos sueltos y el carácter derivativo de la historia. Por eso, tal vez, la razón de “The Matrix 4”.
En resumen, las Wachowski (que en los tiempos de la primera trilogía eran los Wachowski, es decir Larry y Andy) buscan darle un adecuado cierre a la serie. O, presumiblemente, apostar a una suerte de precuela, dónde se relaten los inicios de los personajes. Para ser honestos, es poco lo que se sabe de la película a estas alturas y las especulaciones son inversamente proporcionales a la falta de información.
Hombres Versus Máquinas
¿Qué es y que fue “The Matrix”? Para muchos se trató de una serie compuesta de una brillante primera parte que no necesitaba de sus dos secuelas. O que al menos no necesitaba de la tercera de ellas. Para otros es una sorprendente parábola con alcances filosóficos acerca de la realidad virtual y el sometimiento de la vida orgánica (entre ellos, los humanos) a la inteligencia artificial.
Esta última teoría ha ganado muchos adeptos y si ya era algo inquietante en 1999, es terrorífica en el 2021. Hay que entender que “The Matrix”, que está influida por el manga japonés y por la literatura cyberpunk, se hizo cuando la digitalización estaba en sus primeros pasos. Hace 22 años la población que usaba celular y tenía correo electrónico no era la mayoría. Hoy, en cambio, aquel mundo dependiente de una matriz artificial que se muestra en la película está más cerca de nuestra vida cotidiana.
Es más, no son pocos los que piensan en las grandes corporaciones digitales (Google o Facebook) como villanos sin cara que manejan nuestras vidas. Es evidentemente una exageración y tal vez es parte de la paranoia sobre las conspiraciones, pero no deja de ser sintomático que esa sensación exista. Nuestro mundo no se entendería si no viviéramos conectados a la gran matriz online que nos comunica día a día a través de redes sociales y cámaras zoom. Por esta razón y muchas más, la serie “The Matrix” sigue siendo particularmente contingente y actual.
Héroes y Villanos
Pero más allá de las disquisiciones filosófico-políticas (el psicoanalista y sociólogo esloveno Slavoj Zizek se ha hecho famoso comparando el capitalismo con “la matriz” de “The Matrix”), Hollywood sigue siendo Hollywood y el entretenimiento es lo primero. En este sentido, no hay película que funcione si es que no hay héroes y villanos, o rebeldes y opresores.
En la trama de las Wachowski aquel héroe es Neo (Keanu Reeves), un hacker que de día obedece a horarios de oficina y de noche se introduce en las profundidades de la red. Algo le dice que hay una grieta, una falla o una asimetría en el mundo digital. Presiente que las cosas no son como parecieran ser y que hay un error en alguna parte. Este sexto sentido tiene que ver con su condición de “elegido”: él será el escogido por Morfeo (Laurence Fishburne) para luchar contra un enemigo de características insólitas.
No pasa mucho tiempo hasta que Neo es informado de que la vida allá afuera es sólo un espejismo, una especie de simulacro de lo que fue el planeta Tierra hace cientos de años. Estamos en un futuro lejano y en realidad la humanidad ha sido sometida por la inteligencia artificial, que se alimenta de la energía de los cerebros de cada uno de nosotros. Neo es “despertado” por Morfeo y se une al grupo de rebeldes que combaten a las máquinas. Entre los integrantes del batallón está, claro, Trinity (Carrie-Ann Moss), el futuro interés romántico de nuestro héroe.
El principal villano de la trilogía es el agente Smith (Hugo Weaving), un maquiavélico y pulcro esbirro vestido de negro que no tiene corazón, sino que sistema binario: es un programa con aspecto de humano. También está el Merovingio (Lambert Wilson), histriónico maestro de ceremonias del mal. Y, por supuesto, no hay que olvidar al Oráculo (Gloria Foster), la voz de la conciencia, del más allá y del más acá, la mujer que siempre tiene la última palabra sobre el destino de Neo, el elegido.
Es de esperar que “The Matrix 4” esté a la altura de la dos primeras entregas, aunque hay algo que no termina de cuadrar: Laurence Fishburne no volverá en el rol de Morfeo. Peor: Morfeo no existe ahora. Es difícil que una historia de aprendizaje y valor cuente con el alumno (Neo), pero no con el maestro (Morfeo). En fin. Tal vez es otra grieta en la matriz.
Recuerda que la trilogía la puedes ver en Netflix.
