Una historia sobre memoria y territorio es lo que ofrece “No Estoy en el Mar”, la película chilena dirigida por Lucho Cifuentes Saravia que llegará a salas nacionales en septiembre, tras participar en la Competencia de Cine Chileno de SANFIC.
La cinta protagonizada por Ebana Garín sigue a Josefina, quien retorna a su pueblo, San Rosendo, con una misión cargada de sombras y esperanza: saber la verdad sobre su padre, un activista al que no conoció.
Su espíritu deambula entre trenes destruidos y edificios abandonados, testigos mudos de un pasado de esplendor y lucha. Con una determinación férrea, Josefina intentará reunir las piezas del rompecabezas sobre el destino de su padre.
La película según su realizador
Su director cuenta que: “La idea de la película nace de un taller de cine que realizamos en San Rosendo (…). Tomando como base el relato oral local, sus narrativas, los personajes del lugar, la historia latente y el lugar como retrato vivo de la memoria reciente, surge la idea de realizar una película”.
“Que tuviera relación con los casos de detenidos desaparecidos de la zona y que rescatara el patrimonio material e inmaterial del pueblo, incluyendo su pasado ferroviario hoy abandonado y en ruinas”, agrega.
De esta manera, teniendo estos elementos y la disposición de la gente del pueblo, el director y guionista comenzó a escribir el guión con una fuerte asesoría de Julio Pincheira, actor de San Rosendo.
La historia de No Estoy en el Mar
La película cuenta la historia de Josefina (29), una instructora de yoga que se integra al cotidiano de un pequeño pueblo para preguntar sobre el destino de su padre, Manuel, a quien no alcanzó a conocer.
También actúan Daniel Candia y Paola Lattus, y fue financiada por el Fondo de Fomento Audiovisual, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.