Antes de hacer cualquier comentario sobre Downton Abbey debo reconocer que soy una seguidora de la serie y, por ende, de las películas. Aún más, debo declarar mi admiración por la exquisita pluma de Julian Fellowes, el creador de la obra, que logra hacer un retrato costumbrista, lleno de sutilezas, que solo se salva del snobismo por los diálogos irónicos que dejan en evidencia la realidad que no quieren mostrar.
Downton Abbey: la nueva era, tiene el mérito de volver sobre el universo un tanto ficcionado de la serie televisiva, que se puede apreciar en todo su esplendor en sus secuelas cinematográficas. Los fans podrán seguir disfrutando de esta cuidadísima producción que continúa narrando la vida de la familia Crawley y mostrando los desafíos a los que tienen que hacer frente, entre los que se incluye dar la bienvenida a nuevos miembros y despedirse de otros que, por distintos motivos, van a desaparecer.
El contrapunto entre la tradición y la modernidad
En esta versión recién estrenada, más que nunca, la tradición y la modernidad se contraponen. Ambientada a finales de los años 20, la historia gira en torno a dos hechos: una casa en la Riviera francesa que la matriarca Violet Crawley recibe en herencia de parte de un ex amor y que le deja a su bisnieta Sibbie, la hija de Tom; y la filmación de una película en el castillo familiar, que provoca una alteración de la rígida vida aristocrática de sus ocupantes.
La película le dedica bastante tiempo al rodaje, lo que interpreto como un homenaje al cine y su historia, porque se muestran los entretelones de la industria y el importante hito que significó pasar de los filmes mudos a los sonoros. Esto último lo reflejan en que los actores apenas se preocupaban de su dicción y prácticamente se dedicaban a reaccionar ante la cámara, pero cuando cambia la situación se enfrentan a una encrucijada porque la protagonista tiene una voz poco apropiada.
Un festín para los sentidos
Al igual que sucedió con su predecesora, Downton Abbey: Una nueva era es un festín para los sentidos en todo lo relativo a la dirección artística, al diseño de vestuario y la fotografía. Hay además una especial preocupación por ser precisos con ciertos aspectos de la ambientación como los micrófonos o las cámaras de fotos de la época y que se muestran a raíz del rodaje cinematográfico inserto dentro de la película.
Mención aparte merece todo lo que ocurre en la Riviera francesa, el despliegue escénico de verdad nos transporta a la época, con todo su esplendor y fantasía. La propuesta de evadirnos con un cine de calidad se transmite y se agradece en estos tiempos. Además, las dudas que surgen a raíz de este viaje, cuando los ingleses conocen a los franceses, logran crear un clima menos parejo que en el esto del filme y que podríamos decir es lo único negativo de la entrega
En resumen, el director Simon Curtis logra que la película se sostenga por si sola, con su propia trama y por su propio mérito, aunque sin duda conocer las historias previas agrega un valor de nostalgia y emoción que mejora la experiencia. Además, los personajes menos modernos se ven obligados a enfrentarse a los avances tecnológicos y a los cambios que se avecinan. El guion cumple perfectamente con lo anterior, los diálogos son apropiados, inteligentes, pero más que nada apuntan a las emociones del espectador y permiten el lucimiento de los personajes: desde la condesa viuda, encarnación de la máxima aristocracia, hasta la divertida cocinera y ninguno brilla más que los demás.
Título original: Downton Abbey: A New Era
Dirección: Simon Curtis
País: Reino Unido Reino Unido
Año: 2022
Género: Drama
Duración:125 minutos
Con: Hugh Bonneville, Michelle Dockery, Imelda Staunton, Maggie Smith, Dominic West, Hugh Dancy, Laura Haddock, Nathalie Baye
Guión: Julian Fellowes. Personajes: Julian Fellowes
Fotografía: Tim Maurice-Jones
Fecha estreno: 28 abril 2022.
Distribuidora: Andes Films
