Taylor Swift. Quizás el nombre más presente en internet en lo que va de 2023. Es que la estadounidense se ha tomado todos los espacios de la cultura pop desde el anuncio y lanzamiento de “Midnights” hace casi un año. Así es como la “Swiftie Mania” ha dominado las listas de música y ahora decidió hacer lo suyo en la pantalla grande.
“The Eras Tour” es la última gira de Swift, la cual busca abarcar sus 13 álbumes de estudio y 17 años de carrera en un solo concierto de más de tres horas y media, el cuál llegó a las salas de cine el fin de semana pasado.
El largometraje, dirigido por Sam Wrench, tiene como intención llevar el concierto a los rincones donde Taylor no se presentaría (swifties chilenos regocíjense) sin embargo esto lleva a nuevas preguntas: ¿Es una película? ¿Es un concierto? Y este debate ciertamente pone a prueba las reglas de etiqueta en el cine.
Desde la mirada fan
Si bien en las dos funciones a las que fuí no hubo gritos desesperados ni círculos de brujas en medio de la sala como se ha visto en clips viralizados en los últimos días, la audiencia swiftie sí cantó con emoción desde sus asientos, lo cual lejos de ser una locura solo muestra lo apasionado de sus seguidores.
Es que lo que provoca Taylor Swift en los estadios parece ser capaz de replicarlo a través de la pantalla grande; intercambio de pulseras, “merch” agotada (tuve que ir a un tercer cine para conseguir un vaso) y la emoción de sus fans de estar viendo a su idola más cerca de lo que jamás lo harán en un escenario.
Hay una frase típica en la comunidad swiftie: “No hay asiento malo en un concierto de Taylor”, y ahora los fans tienen acceso al mejor asiento en todo SoFi Stadium. Las cámaras captan cada centímetro del escenario y es tal el trabajo coreográfico arriba de este que más que un concierto parece una grabación en vivo de Broadway.
Una excelente interpretación
Una crítica que se repite sobre Swift en el mundo del cine es su capacidad actoral. Sin embargo, el verla interpretando su propio trabajo le permite mostrar una emocionalidad pocas veces vista en la cantante.
Wrench entiende perfectamente que los swifties vienen a ver a Taylor y entrega eso a montones, con cada ángulo de la cantante capturado hermosamente, incluso cuando eso significa uno que otro tropiezo en la edición de la cinta.
Si bien la versión en cines corta canciones de lo visto en el estadio durante las dos noches en las que se grabó en Los Ángeles (justicia para “Cardigan” y “Long Live”), “The Eras Tour” se siente frenético y sin nada de tiempo para respirar.
El trabajo coreográfico también es una maravilla de ver, dirigido por Mandy Moore (quién estuvo a cargo de los bailes en “La La Land”), los cuales muestran la sensibilidad y la sensualidad de Swift, de manera tan dinámica como su discografía.
Finalmente pareciera ser que todos los desaciertos de la cinta vienen desde la postproducción. Con un CGI que en algunas secuencias se ve pobre comparado con lo que está sucediendo en el escenario.
Aun así es todo el trabajo que hacen Taylor con sus músicos y bailarines, además de la puesta en escena de gran escala, es que hacen de esta una experiencia necesaria para aquellos fans que no podrán verla en vivo, y un momento evangelizador para aquellos que no entienden por qué es una de las artistas más grandes del planeta.
“The Eras Tour” ya se encuentra en cines.
