Cincuenta años después de su estreno original, The Rocky Horror Picture Show regresa a la gran pantalla con una restauración que pretende honrar la extravagancia y el desparpajo que convirtieron a este musical en un icono subcultural. Presentada por primera vez en 1975, la película rompió géneros y expectativas: no solo es un musical —es un rito participativo donde la audiencia es parte activa del espectáculo—, y la versión remasterizada en 4K Ultra HD llega justo a tiempo para la noche de brujas, este jueves 30 de octubre.
La película, basada en la obra musical de Richard O’Brien y adaptada al guión por O’Brien junto al director Jim Sharman, contó con la producción de Lou Adler y Michael White. En pantalla, un elenco que entonces era joven —Tim Curry, Barry Bostwick, Susan Sarandon y Meat Loaf— encontró en Rocky Horror el trampolín que los convertiría en referentes. Los personajes, los trajes estrafalarios y la banda sonora de rock & roll crearon una fórmula explosiva que transformó una proyección en una experiencia colectiva: disfraces, coreografías improvisadas, réplicas de diálogos y números que fueron apropiados por el público hasta hacer la película suya.
Esa energía participativa no fue pasajera
Con funciones nocturnas que pronto se volvieron rituales semanales, The Rocky Horror Picture Show inauguró una forma de ver cine que mezcla teatro, fanatismo y celebración comunitaria. Hoy, medio siglo después, sigue siendo “el estreno en cines más longevo de todos los tiempos”, con proyecciones que mantienen viva la tradición de interactuar con la pantalla y celebrar la individualidad.
Lou Adler, productor del film, lo resume con sencillez y emoción: “Cuando ‘The Rocky Horror Picture Show’ se estrenó por primera vez, nadie pensó que duraría mucho tiempo, y mucho menos… 50 años. Lo que comenzó como un pequeño proyecto rebelde se ha convertido en una celebración global de la individualidad, la comunidad y la libertad creativa. Este aniversario es un tributo a los fans que la mantuvieron viva y vibrante todos estos años”. Es, en definitiva, un agradecimiento a las legiones de espectadores que con disfraces, gritos y rituales convirtieron la película en algo mayor que la suma de sus escenas.
La trama, tan sencilla como icónica, pone en movimiento la noche en que una pareja recién comprometida (Barry Bostwick y Susan Sarandon) queda varada y busca refugio en el castillo del enigmático Dr. Frank-N-Furter (Tim Curry). Lo que sigue es una sucesión de números, extrañezas y momentos que emocionan, estremecen y hacen vibrar a generaciones enteras. Es esa mezcla de humor, horror camp y sensualidad la que sigue alimentando la devoción alrededor de la cinta.
Ver The Rocky Horror Picture Show en su versión restaurada en 4K en una sala es, hoy más que nunca, una invitación a sumarse al rito: ponerse el disfraz, aprender las frases, dejarse llevar por la música y celebrar una película que, contra todo pronóstico, encontró en la audiencia su condición de clásico eterno. Si tienes la oportunidad, ve este 30 de octubre y forma parte de la fiesta que no deja de soplar velas: ¡feliz cumpleaños, Rocky Horror!











