Chile ha avanzado con fuerza hacia la digitalización de sus servicios. Según la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), el 94,3% de los hogares del país ya declara tener acceso propio y pagado a internet, y gran parte de los trámites estatales se realizan hoy en línea bajo la Ley de Transformación Digital. La banca y otros servicios privados también han acelerado la transición hacia plataformas digitales. Brecha digital en Chile: el desafío de incluir a los adultos mayores en la era tecnológica.
Pero este progreso no se traduce en inclusión para todos. El Observatorio del Envejecimiento UC–Confuturo advirtió en 2024 que, aunque el 88% de los mayores de 60 años tiene conexión a internet en sus hogares, solo un 42% la utiliza de manera activa. Apenas la mitad tiene un smartphone y solo un 21% declara saber usar ClaveÚnica, indispensable para acceder a beneficios sociales. En el mundo rural, la brecha es aún más dramática: nueve de cada diez personas mayores nunca han utilizado esta herramienta, según datos publicados.
Desigualdad Digital
El episodio más reciente que dio cuenta sobre esta desigualdad fue el intento de eliminar las tarjetas de coordenadas bancarias, que por años funcionaron como sistema de seguridad para millones de clientes, especialmente personas mayores. En agosto de 2025, la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras anunció su reemplazo por sistemas digitales como aplicaciones móviles y tokens. La medida, que buscaba reforzar la ciberseguridad, generó alarma en la población mayor, y la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) debió postergar su implementación por 12 meses.
“Lo que debería ser una oportunidad de inclusión se está transformando en un nuevo factor de exclusión. Hoy, muchas personas mayores no pueden agendar una hora médica, postular a beneficios sociales o realizar trámites bancarios sin ayuda externa. Esto los hace depender de terceros y los expone a vulnerabilidades que debemos abordar con urgencia”, señaló Nicolás de la Carrera, CEO de SITU CARE.
La organización, que promueve un modelo integral de cuidados para envejecer en casa, asegura que la brecha digital se ha convertido en uno de los principales factores de dependencia de las personas mayores. “En SITU vemos todos los días cómo las brechas digitales afectan la vida de las personas mayores. Nuestro modelo, que combina gestoras de caso con servicios médicos y no médicos a domicilio, incluye apoyo en trámites digitales básicos: desde activar ClaveÚnica hasta aprender a usar aplicaciones de salud o banca online. La clave es no dejar que la tecnología sea una barrera, sino convertirla en una herramienta de autonomía y cuidado”, agrega De la Carrera.
Distintas iniciativas públicas y privadas han intentado revertir el rezago. El Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA) impulsó en 2024 talleres de alfabetización digital en todas las regiones del país; Conecta Mayor UC implementó un programa de empoderamiento digital que, según la fundación, triplicó las habilidades de los participantes; y empresas como Entel lanzaron el Fondo 55+ para promover la inclusión digital sénior. Sin embargo, la magnitud del desafío sigue siendo enorme: de acuerdo con Conecta Mayor UC, apenas un 5% de los mayores ha recibido capacitación digital formal.
Para SITU, el dilema es evidente. La digitalización no es opcional: Chile ya se mueve en un ecosistema online. La pregunta de fondo es si este proceso será capaz de incluir a quienes más apoyo necesitan. “Chile no puede permitirse una modernización que excluya a quienes más requieren autonomía. Un país verdaderamente digital debe serlo también para sus mayores”, concluye De la Carrera.