Placer Culpable

Dic 25, 2020

Bridgerton

Aunque estudió Historia del Arte y luego Medicina, la estadounidense Julia Quinn decidió que prefería escribir a lidiar con hospitales y enfermedades. Un gusto literario que adquirió siendo niña, cuando descubrió los libros juveniles “Sweet Valley High” y se inspiró en las vivencias de las gemelas Wakefield para llevar al papel sus propias historias.

Así, comenzó una aventura que, tras cuatro décadas, la convirtió en símbolo de romance y novelas históricas, dentro de las cuales los títulos dedicados a la familia Bridgerton tienen un lugar especial. Los mismos que inspiraron a Shonda Rhimes -la mente tras éxitos televisivos como “Grey’s Anatomy”-, a producir su nueva apuesta para Netflix: “Bridgerton”.

La serie, creada por Chris Van Dusen, lleva a la pantalla en ocho capítulos, el primero de los libros de Quinn centrados en los hermanos Bridgerton: “El Duque y Yo”. El relato se inicia en el Londres de la Regencia -el mismo de las novelas de Jane Austen-, cuando la reina Charlotte (Golda Rosheuvel) recibe en palacio a las jóvenes debutantes.

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Entre ellas las hijas del barón y la baronesa Featherington: Philipa (Harriet Cains), Prudence (Bessie Carter) y Penelope (Nicola Coughlan); y la mayor de las cuatro chicas Bridgerton, Daphne (Phoebe Dynevor), que llama de manera muy positiva la atención de la soberana, quien le dedica un comentario de aprobación por su apariencia y refinados modales.

Estas últimas características son claves para toda muchacha de alta cuna, que en 1813, quiera conseguir un buen matrimonio. Una exitosa presentación que pronto será parte de los Documentos de Sociedad de Lady Whistledown, publicación con las novedades de la temporada social, escrita por una misteriosa mujer, que además es la narradora del espacio.

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La agitada vida social en el Londres del 1800

Desde ese momento Daphne y su madre, la viuda del vizconde Bridgerton, Lady Violet (Ruth Gemmell), comienzan a preparar los trajes y tocados que la jovencita lucirá en los distintos bailes que se avecinan y donde tendrá la oportunidad de conocer a los solteros de la aristocracia londinense, entre los que deberá hallar a su futuro marido.

Pero, a pesar de que la aprobación de la reina haya convertido a Daphne en el “diamante de primavera”, la selección de un esposo está supeditada a su hermano mayor, Lord Anthony (Jonathan Bailey), quien como cabeza de los Bridgerton debe preocuparse que ella despose a quien le otorgue una buena vida y además contribuya a la buena imagen de la familia.

Una misión que Anthony divide entre las fogosas citas con su amante y sus constantes visitas al club social solo para varones, donde se reencuentra con su amigo de infancia el duque de Hastings, Simon Basset (Regé-Jean Page), quien está de visita en la ciudad por negocios tras la muerte de su padre.

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El duque es un joven que es precedido por su rebeldía y libertinaje, y cuenta como su consejera a Lady Danbury (Adjoa Andoh), quien la misma noche de su llegada dará uno de los primeros bailes de la temporada y no le perdonará estar ausente; aunque ésto provoque una suerte de histeria entre las madres, que tratarán de que el codiciado soltero  se fije en sus hijas.

Pero, como se estila en toda serie que beba de una novela romántica, el destino del atractivo e independiente noble se cruzará con el de Daphne y, a pesar de cierto resquemor inicial, entrelazarán aún más sus caminos cuando decidan asociarse por un bien común. Si Daphne es vista en su compañía atraerá a más solteros, mientras él alejará a posibles suegras.

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Libertad creativa que distancia las comparaciones

Con Daphne y Simon unidos por conveniencia, se inicia un relato que también cede protagonismo a otros. Como a Lady Featherington (Polly Walker), quien no solo debe hacerse cargo de la presentación social de sus tres hijas, sino que también de la de Marina Thompson (Ruby Barker), joven prima de su marido que hace poco llegó del campo.

Y a los otros hermanos Bridgerton, que fueron nombrados en orden alfabético, entre los que se cuentan el amante del arte Benedict (Luke Thompson); el bien intencionado Colin (Luke Newton); y Eloise (Claudia Jessie), quien tiene como su mejor amiga a Penelope Featherington y odia todo el ceremonial relacionado con la búsqueda de marido.

Todos son parte de un heterogéneo grupo de personajes, que interactúan a lo largo de los capítulos de una serie que reimagina cómo las mujeres de la Inglaterra de comienzos del siglo XIX soportaban convenciones, que coartaban su libertad. Y también explora e imagina cómo eran sus vidas en la intimidad o cómo eran sus pensamientos.

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Para mostrar esto, el espacio se usa con mucha libertad creativa, lo que también rompe esquemas con su multiracial elenco, vivaz vestuario y ecléctica música, que cuenta con piezas clásicas, tango y un tema de Billie Eilish. Todo en medio de una acabada recreación de época y bellos escenarios, que demuestran que Netflix no escatimó recursos para la primera serie de época producida por Shonda Rhimes.

Y aunque en el encuentro inicial con “Bridgerton” el espectador pueda creer que es solo una copia del romántico mundo de las novelas de Jane Austen -en especial de “Orgullo y Prejuicio” y “Emma”, y las series y películas que han inspirado-, con el paso de sus emisiones descubrirá que el espacio logra independizarse de las comparaciones y conformar un universo propio, que logra entretener y emocionar. 

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Rating: cuatro estrellas
Título original: Bridgerton
Creador: Chris Van Dusen
Canal: Netflix
País: Estados Unidos
Género: Drama, Romance
Año: 2020
Actores: Phoebe Dynevor, Regé-Jean Page, Jonathan Bailey, Adjoa Andoh, Ruth Gemmell, Polly Walker 

Lya Rosén Danús

Periodista y comentarista de cine, cable y streaming. Fanática de mi familia, de los animales y de todo lo que alimente mi espíritu y expanda mi imaginación. Periodo 2020 - 2023.

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