Aumento de ventas de un 70% en Estados Unidos, más de 3 mil unidades vendidas a diario en España y perspectivas de crecimiento de un 30% en Chile. Esas son sólo algunos de los datos que dan cuenta del auge de la bicicleta, que definitivamente dejó de ser un instrumento deportivo para posicionarse como el medio de transporte de referencia para un número cada vez mayor de personas.
Si bien la pandemia fue uno de los factores que aceleró de manera importante su uso, los múltiples beneficios de la bicicleta son los que han llevado a ver cada vez más en las calles. Mejor salud y calidad de vida, ahorro de costos y el fomento de una cultura más sostenible y respetuosa con el medio ambiente son parte de los que busca destacar Naciones Unidas cada 3 de junio en el Día Mundial de la Bicicleta, asegurando que “muchas ciudades han tenido que repensar sus sistemas de transporte y a dar a la bicicleta un papel crucial como alternativa económica y no contaminante”.
En Chile estos cambios se han experimentado de manera evidente. Un estudio realizado en 2021 arrojó que para casi el 17% de los santiaguinos representa la forma óptima de trasladarse, superando a los taxis, micros y scooter, y concluyó además que el 5% de los capitalinos se traslada actualmente a su trabajo en bicicleta. Una de las aristas interesantes de este fenómeno es la masificación de las bicicletas eléctricas que, gracias a la opción de pedaleo asistido, eliminan el problema de las distancias demasiado largas o el bajo nivel de entrenamiento para empezar una rutina.
“De acuerdo con cifras de la Confederación de la Industria Europea de la Bicicleta (CONEBI), el número de e bikes vendidas creció un 23% entre 2018 y 2019, superando por primera vez los 3 millones de unidades comercializadas y se espera que esa cifra llegue a 6,5 millones en 2025. Esas tendencias se han visto también a nivel latinoamericano y en Chile, donde estas han dejado de ser opción sólo para un nicho, alcanzando públicos cada vez más masivos”, aseguró Juan Ignacio Guldman, gerente de operaciones de Völmark, detallando que la amplia variedad de modelos existentes hace posible responder a una demanda variada, con diferentes precios, que van desde los $600.000, y funcionalidades como son “pedalear con nuestros niños, despachar mercaderías e incluso montar una heladería móvil”.
Una de las grandes ventajas de las llamadas e bikes es que contribuyen a hacer ejercicio de manera sistemática, generando efectos positivos en nuestro organismo. “El uso de la bicicleta permite activar diferentes zonas musculares del cuerpo en un ejercicio constante y prolongado. Esta actividad permite a la persona que la practica autorregular su intensidad según se sienta cómodo y seguro, dependiendo el nivel de condición física que tenga. Por tanto, quien realice como actividad subirse y desplazarse en bicicleta, presentará beneficios cardiorrespiratorios y de tonicidad muscular entre otros, además de favorecer el manejo del estrés producido por las tensiones del día a día”, aseguró Marcelo Muñoz, director de la Escuela de Educación Física, Deportes y Recreación de la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO).
Además de potenciar el bienestar personal, la bicicleta es reconocida como una de las mejores alternativas de transporte sostenible. De hecho, en marzo recién pasado los 193 Estados miembros de Naciones Unidas adoptaron una resolución que las apoya como herramienta para combatir el cambio climático, haciendo un llamado a «integrar a la bicicleta en el transporte público, en entornos rurales y urbanos, en países desarrollados y en vía de desarrollo». En ese sentido, diversas investigaciones han reafirmado lo efectivas que son las bicicletas para reducir los gases contaminantes hasta en un 50%.
Si los beneficios están a la vista, ¿qué falta entonces? Para Guldman una de las grandes deudas es la infraestructura. “Las personas quieren hacer un cambio, sin embargo, muchas veces no encuentran condiciones adecuadas en nuestras calles. Sin ir más lejos, un estudio reciente concluyó que los chilenos reprueban las ciclovías, calificándolas con un 2,9 que es una nota aún más baja que la medición anterior”.