Un récord nos recuerda que el espíritu emprendedor que recorre Chile no tuvo pausa, incluso en los meses más duros de la pandemia por el coronavirus: en 2020, en plena crisis sanitaria, el país creó 158.586 sociedades y nuevas empresas, un 14,4% más que en 2019. Se trata de la cifra más alta desde que se tiene registro (2013), y demuestra que la actividad productiva de los chilenos se movió rápidamente para combatir el fuerte golpe a la economía.
La tendencia demuestra que cada vez que Chile atraviesa un período de crisis económica, surgen nuevos y diferentes emprendimientos. Especialmente los de tipo informal, lo que se demuestra con el 70% de las empresas en Chile que corresponden a micro, es decir, con facturación anual por debajo de las 2.400 UF.
Pero una vez creada la empresa, hacer lo necesario para que surja y se mantenga requiere visión, esfuerzo y compromiso. Y también una buena dosis de orientación y ayuda en ámbitos que pueden marcar la diferencia para mantenerse y escalar.
Alejandro Silberstein, socio fundador de Grupo Raya, entregó algunas recomendaciones para que estos flamantes emprendedores puedan navegar de buena manera en el mundo de los negocios a través de sencillos tips ligados al marketing digital. Si bien es cierto muchas veces este proceso es visto como un “gasto” por los líderes y creadores de empresas, una mirada estratégica indica que es un elemento a considerar.
5 formas de sobrevivir y llevar adelante un emprendimiento en el mundo digital y del marketing.
1.-Generar un propósito. Antes de iniciar cualquier acción publicitaria, incluso en la definición del producto o servicio, se recomienda generar un propósito de marca potente que sea inspirador y que permita movilizar el futuro de la compañía. ¿Por qué es tan importante el propósito? porque permite alinear a los colaboradores, inspirar a los clientes e incluso ayuda en la toma de decisiones. En Grupo Raya le llamamos «el nuevo jefe».
2.-Crecer rápido y con pocos recursos: el “growth hacking”. La idea es incursionar desde un comienzo en esta metodología denominada growth hacking, técnica que a través del uso de varios softwares permite gestionar marketing, procesos de ventas y onboarding con orientación al crecimiento y generación de leads. En concreto, se trata de hacer crecer un producto digital rápidamente y de manera sostenible, con el menor gasto de recursos posible. Esto se logra en base a la creatividad, curiosidad e ingenio de quienes están a cargo de la empresa. Hay que estar actualizado en tendencias, ver tutoriales o implementar ideas de otras startups que han sido exitosas. Es una especie de “marketing guerrilla”, porque permite trabajar con riesgo reducido al implementar una estrategia, ver cómo funciona y en base a eso optimizar recursos a futuro.
3.-Orientación al reporte. Cuando uno parte un emprendimiento, por lo general los recursos son escasos y el marketing digital puede ser un saco sin fondo. Para evitar gastos poco asertivos y lograr eficiencia, recomendamos hacer reportes periódicos de inversión publicitaria, poner objetivos o KPI´s que puedan ser monitoreados constantemente para ver si la estrategia está siendo rentable y cumple las metas.
4.-Definición del “buyer persona”. Hay que tener en cuenta un cliente tipo y enfocarse en la experiencia del producto o servicio. Esto es más fácil que apuntar a múltiples clientes. Simplifica la comunicación, define los territorios, edades, estilo de vida, etc. Se trata de una “ficha de cliente tipo” lo más específica posible. Este buyer persona es asimilado por toda la empresa o emprendimiento y permite alinear a todos los involucrados. Se trabaja para él y para el fiel cumplimiento del propósito.
5.-Experimentar y aprender. Los primeros años de un emprendimiento por lo general son de una constante prueba y error. Recomendamos siempre ir recolectando la mayor información posible de las decisiones de marketing para poder ver qué funcionó mejor y qué no funcionó. Una buena herramienta es tratar de testear dos ideas y ver cuál funciona mejor, dos textos distintos, dos fotos distintas, dos conceptos distintos. Y una vez analizado el resultado, aprender lo bueno y desechar lo malo. Esta metodología aplica para todo (packaging, productos etc.) y siempre debe enfocarse en el “buyer persona” previamente definido.