La extensa historia de la cinematografía contiene un no pequeño apartado con películas religiosas, que han llevado a la pantalla las historias de la Biblia como también de santos o religiosos en conflicto, a las que en décadas recientes se han sumado cintas que se califican de cristianas por centrarse no en preceptos católicos, sino protestantes, específicamente en los de creyentes estadounidenses.
Largometrajes donde en general se conocen historias marcadas por una fe a toda prueba, e incluso milagros, entre las que se cuentan títulos de heterogéneo nivel fílmico, como “La Cabaña”, “Milagros del Cielo” y “Mientras Estés Conmigo”, y que cuentan con conocidos actores en sus elencos, entre ellos Jennifer Garner, Queen Latifah, Octavia Spencer y Sam Worthington, por nombrar algunos.
Un listado al que hace poco se sumó, vía Netflix, “El Campamento de mi Vida”, cinta que une “la palabra” con los jóvenes y el género del musical, a través de la historia de Will Hawkins (Kevin Quinn), un adolescente que el público conoce no en unos de sus mejores días: cuando es detenido por tratar de robar una patrulla policial y es enviado al Servicio de Menores y Familia de Nashville.
La solución para un problema en un campamento de verano
Lugar donde un consejero le hace ver su triste historia de distintos hogares de acogida, desde que quedó huérfano hace siete años, además de su rebeldía y particular sentido del humor, que lo llevó a vender su secundaria por internet. Un historial que tiene como punto final el que deba ingresar a la correccional del estado, hasta que ese mismo día y lugar alguien especial se cruza en su camino.
Su nombre es Kristin (Sherri Shepherd) y se dedica a ayudar a los chicos en problemas en el papel de madre sustituta y le propone una alternativa a Will. Esta es que en vez de ir al reformatorio, los acompañe a ella y su hijo adolescente George (Jahbril Cook) a Aweegaway, el campamento juvenil que dirige David (David Koechner) y que ellos visitan regularmente al finalizar cada verano.
Pero hay otro detalle sobre ese lugar que el chico descubre en el viaje en bus hacia allá: es un campamento cristiano cuyos asistentes gustan de expresarse a través de canciones que hablan sobre el señor y su compañía. Un detalle que parece incomodar al joven protagonista del largometraje hasta que algo, mejor dicho alguien, lo hace cambiar de parecer: Avery (Bailee Madison), la hija de David.
Entre las canciones, la amistad, la religión y algo de romance
Una chica extremadamente positiva y creyente que, también por medio de las canciones, comienza hacer pensar a Will que la estadía en el campamento es mejor de lo que esperaba. A lo que se suma la amistad que entabla con George, al que además aconseja cómo acercarse a Presley (Kat Conner Sterling), una jovencita igual de tímida que él y de la que está enamorado desde pequeño.
Así, entre sutiles romances -muy lejos de la pasión-, lecciones sobre la vida y la religión, y bastante música, “El Campamento de mi Vida” va dibujando un relato sobre crecimiento personal y el encontrar un lugar en el mundo, lejos de los verdaderos conflictos o estridencias. Una cinta que claramente solo busca entregar su mensaje de creencias cristianas de la manera más didáctica y luminosa posible.
Un último punto donde son claves los temas compuestos por Adam Watts, quien imprime a las canciones del largometraje -muchas de ellas inspiradas en conocidos himnos de varias iglesias protestantes estadounidenses- todo lo aprendido en su trabajado para las bandas de sonido de musicales de Disney Channel, como “Camp Rock 2” y “High School Musical 3”.
Título Original: A Week Away
Director: Roman White
País: Estados Unidos
Año: 2021
Género: Musical, Drama, Aventuras
Duración: 94 minutos
Con: Kevin Quinn, Bailee Madison, Jahbril Cook, David Koechner, Sherri Shepherd, Kat Conner Sterling, Iain Tucker
Guión: Kali Bailey, Alan Powell
Música: Adam Watts
Producción: Steve Barnett, Alan Powell, Gabriel Vazquez
Web: Ver Acá
Fecha de estreno: 26 de marzo de 2021
Plataforma: Netflix