El próximo año será especialmente movido para Pixar. Además del esperado regreso al universo de los juguetes con Toy Story 5. El estudio de animación apuesta por una historia completamente original que no se parece a nada que hayan hecho antes. Su nombre es Hoppers, y desde ya deja claro que su propuesta será tan arriesgada como delirante.
La película presenta a Mabel, una adolescente que, en un giro inesperado, transfiere su mente al cuerpo de un castor robótico. ¿El objetivo? Infiltrarse en el reino animal y sobrevivir a una misión que combina espionaje, caos y una buena dosis de peligro. El personaje es interpretado por Piper Curda, quien da voz a esta joven protagonista que deberá adaptarse a un mundo completamente distinto, donde nada es tan tierno como parece.
El nacimiento de una idea
La idea detrás de Hoppers nació, según su director y coautor Daniel Chong, de una pregunta tan simple como irresistible: ¿qué pasaría si los animales más adorables y peludos fueran puestos en una situación extrema, al estilo Mission: Impossible, con explosiones, conspiraciones y amenazas constantes? Para Chong, el contraste entre lo “cute” y lo peligroso era terreno fértil para una comedia de acción que se sintiera fresca y nunca antes vista dentro del catálogo de Pixar.
En esta aventura, Mabel se cruza con King George, un castor imponente y muy particular, que porta una diminuta corona dorada y gobierna con porte real. El personaje, interpretado por Bobby Moynihan, suma una cuota de humor y extravagancia que refuerza el tono lúdico de la historia. La relación entre ambos será clave en un relato donde el espionaje y la llamada “guerra ecológica” se mezclan sin pedir permiso.
Un gran trabajo
Como es habitual en Pixar, el trabajo de investigación fue tomado muy en serio, incluso cuando se trata de castores. El equipo creativo, encabezado por Chong, sostuvo una videollamada con Ginger, una castora geriátrica del Cheyenne Mountain Zoo. Lejos de ser dócil, Ginger se mostró territorial, de carácter fuerte y muy clara respecto a lo que quería. Esa personalidad real sirvió de inspiración para construir personajes animales con temperamento, identidad y comportamientos creíbles, más allá del tono caricaturesco.
Hoppers se perfila así como una comedia de acción animada que juega con el absurdo, el suspenso y la ternura en partes iguales. Con una premisa audaz y un enfoque que combina espionaje extremo con animales entrañables. Pixar demuestra una vez más que sigue dispuesta a explorar nuevos caminos narrativos, incluso si eso implica poner a castores en medio de una misión imposible.









