Julian McMahon, uno de los rostros más reconocibles de la televisión de principios de los 2000, nos dejó este 2 de julio a los 56 años, en Clearwater, Florida. Su partida fue confirmada por su esposa, Kelly McMahon, quien destacó su amor por la vida, la familia, los amigos y su profundo compromiso con su oficio. “Su mayor deseo era llevar alegría a tantas vidas como fuera posible”, expresó en un emotivo comunicado.
Nacido en Sídney en 1968 e hijo del ex primer ministro australiano Billy McMahon, Julian inició su carrera en el mundo del modelaje, pero rápidamente dio el salto a la actuación en su país natal con telenovelas como The Power, the Passion y Home and Away. Sin embargo, fue en Hollywood donde su carrera alcanzó notoriedad global.
Un gran carrera
Su debut en la televisión estadounidense fue en Another World, pero fue con el thriller criminal Profiler donde comenzó a destacar. Más tarde, conquistó al público interpretando al enigmático demonio Cole Turner en Charmed, rol que lo catapultó al estrellato y lo convirtió en ídolo de culto para los fanáticos del género sobrenatural.
Pero sin duda, uno de sus personajes más recordados fue el del doctor Christian Troy en Nip/Tuck, serie creada por Ryan Murphy que mezclaba drama, cirugía plástica y una dosis provocadora de crítica social. Por este papel fue nominado al Globo de Oro y consolidó su lugar como protagonista de la TV. Años más tarde, regresó como figura central en FBI: Most Wanted, interpretando al agente Jess LaCroix durante tres temporadas.
En la pantalla grande, McMahon fue el villano Dr. Doom en las dos entregas de Fantastic Four dirigidas por Tim Story. También participó en cintas como Premonition, RED, Paranoia y más recientemente The Surfer, junto a Nicolas Cage, película que se presentó este año en el Festival de Cannes. Su último papel fue en la serie de Netflix The Residence, donde interpretó, en un guiño a sus orígenes, al primer ministro australiano.
Compañeros como Dick Wolf, creador de la franquicia FBI, y el actor Nicolas Cage lamentaron profundamente su fallecimiento, destacando su talento, humanidad y generosidad.
Julian McMahon deja un legado amplio, lleno de personajes complejos y carismáticos que marcaron a toda una generación. Desde el seductor cirujano de Miami hasta el temible villano de Marvel, su presencia en la pantalla siempre fue magnética. Hoy, su ausencia deja un vacío en la industria y en el corazón de sus fans.
Descanse en paz, Julian. Tu historia seguirá viva en cada escena.
