En un sistema con 2,60 millones de consultas y 390.229 cirugías en espera, los profesionales de la salud independientes pierden hasta 216 horas al año en trámites. La transformación digital en salud se acelera en Chile con IA y gestión clínica omnicanal.
En un país donde las MiPymes representan el 98,4% del total de empresas y generan alrededor del 43% del empleo y donde existen cerca de 1,98 millones de personas microemprendedoras, muchos de estos profesionales, al escalar su consultorio a centro, pasan a formar parte de esa economía PyME. Con los mismos cuellos de botella administrativos que frenan su productividad.
Frente a este escenario, se inauguró en Chile un nuevo hub físico de salud digital, concebido como espacio de formación, networking y co-creación con clínicas y centros. La apertura reunió a cerca de cincuenta profesionales independientes y líderes del sector, que venían solicitando un lugar para aprender, colaborar y contrarrestar la soledad habitual de la práctica independiente. este lugar físico no es un showroom; es un punto de encuentro con propósito. Talleres, entrenamientos y conversaciones uno a uno conviven con una meta simple y medible: menos back‑office, más horas facturables y más acceso a consulta.
Atacar el cuello de botella
El diagnóstico detrás de la apuesta es claro. Aún hoy, miles de profesionales absorben tareas que no generan valor clínico: agendamiento, recordatorios, cobros, manejo de expedientes. Esa carga se come horas valiosas cada semana. La plataforma de Encuadrado ataca precisamente ese cuello de botella: centraliza la operación y convierte horas operativas en horas clínicas. Los datos internos lo respaldan: en promedio, cada profesional libera en promedio 18 horas mensuales, aumenta 14% sus agendamientos en el primer año y crece entre 20% y 25% sus ingresos; durante los primeros tres meses, mientras la consulta se ordena, la facturación promedio se duplica.
El hub en Santiago replica esa lógica de eficiencia en el mundo físico. Es, además, un punto de encuentro para la comunidad. Desde el ingreso, un “paseo de la fama” homenajea a clientes que superaron las 1.000 evaluaciones, un hito que inspira a otros. El lugar incluye una sala de podcast para que los profesionales creen contenido de valor para sus pacientes, áreas de networking y salas pequeñas para talleres y capacitaciones. El branding y la distribución buscan que la experiencia física se perciba como una extensión natural de la plataforma.
“Este espacio me saca de las cuatro paredes de la consulta: dejó atrás la soledad, abrió conversaciones y permitió compartir ideas que nos hacen crecer como comunidad. Por primera vez me sentí valorada y comprendida en mi trabajo”, menciona un cliente de la plataforma, después de formar parte del ecosistema de Encuadrado.
Asistente de IA
La hoja de ruta en Chile ahora acelera en dos frentes. Por un lado, producto: un asistente de IA en WhatsApp que agenda de forma autónoma 24/7, propone horarios y confirma pagos sin que el profesional esté atado al teléfono. Por otro, analítica y operación para centros: un “Centro de Mando”, todo dentro de Encuadrado. A eso se suma una omnicanalidad clínica que integra teleconsulta, recordatorios multicanal y pagos recurrentes para aumentar capacidad efectiva sin ampliar metros cuadrados.
“Verlos aportando ideas y conectando nos confirmó lo que creemos desde el día uno: Encuadrado es más que una plataforma; es una comunidad. Por eso invertimos en el crecimiento de nuestros clientes: cuando ellos crecen, nosotros crecemos. Hoy esa comunidad es un lugar único donde se forman amistades, duplas de trabajo, hay derivación de pacientes e incluso varios han abierto centros después de conocerse en nuestros eventos.” — Thomas Maremaa, CEO y cofundador de Encuadrado.
En ese contexto, sumar productividad clínica desde el ámbito independiente —y desde los centros que ya operan con la plataforma— es una forma pragmática de despresurizar el sistema. Encuadrado cuenta hoy con más de 5.000 usuarios activos en Chile y más de 300 centros integrados a su operación diaria. La promesa se mantiene: simplificar lo complejo, para que los profesionales dediquen su tiempo a lo que realmente importa.