El indiscriminado y acelerado avance de la industria inmobiliaria ha impactado de manera rotunda y a menudo irreversible en diversas zonas de Chile, y si bien en algunos puntos de ciudades como Santiago esto es evidente y revelador, es en sectores de entorno natural donde la realidad puede ser aún más fuerte e implacable, aunque tal vez menos visible o palpable a nivel mediático o masivo.
Uno de estos casos es el del área que abarca los alrededores de la zona costera de Concón, en la Región de Valparaíso, donde los frecuentes proyectos para construir enormes torres de edificios no sólo han transformado el paisaje, sino además han modificado el comportamiento y la convivencia entre el ser humano y las especies animales que tradicionalmente han habitado esos espacios naturales.
Eso es lo que retrata el documental Nidal, estrenado mundialmente hace dos años en el Festival de Thessaloniki (Grecia) y que luego de un recorrido por certámenes internacionales y también locales como SANFIC y FicViña (en el que ganó la Competencia de Cine Chileno), acaba de llegar a la cartelera de salas independientes a lo largo del país.
Este es el más reciente estreno comercial de una película de la carrera de Cine de la Universidad del Desarrollo, desde la cual a partir de comienzos de la década pasada han surgido una docena de largometrajes de egreso, algunos de ellos premiados internacionalmente o con destacada participación en festivales, como “La chupilca del diablo”, “La madre del cordero”, “Siete semanas” y muy especialmente “Volantín cortao”.
Hace casi dos años, en septiembre de 2021, comentamos acá “La última frontera” y en agosto del año pasado fue el turno de “Las mujeres de mi casa” y, al igual que en esas ocasiones, aprovecho de aclarar que soy parte del cuerpo docente de la carrera en esa universidad, pero no me tocó hacerle clases a ninguno de los integrantes del equipo técnico y artístico de este estreno, por lo que no tengo problema en opinar con independencia.
En este caso puntual, Nidal tiene la particularidad de ser el primer largometraje documental de esa universidad, y en ese sentido además es interesante que sus realizadores, bajo el nombre de Colectivo Tucúquere y con Josefina Pérez-García y Felipe Sigala como principales directores, hayan optado por una propuesta menos convencional.
Una propuesta documental más contemplativa y menos explicativa
Filmado a lo largo de casi tres años en Concón y en sectores de Quintero, Reñaca y Viña del Mar, es un documental más contemplativo de lo que se podía esperar al ser un trabajo de egreso universitario, en el que sus realizadores eligieron un enfoque menos tradicional, donde no hay ni una voz en off que narre o dé contexto a lo que ve el espectador, ni tampoco hay entrevistas que sirvan de complemento a las imágenes ni se recurre al uso de imágenes de archivos, e incluso se prescinde de textos o gráficas explicativas.
Producciones de este tipo son muy habituales a nivel internacional, pero en el panorama local, salvo determinadas excepciones, los documentales pretenden exponer lo mejor y más claramente posibles a la audiencia todos los aspectos que abordan; por esto mismo es interesante cómo Nidal despliega su material, y de qué manera de todas formas entrega las herramientas para que el público se forme una opinión o al menos perciba lo que se le está mostrando, sin recurrir a explicaciones más directas y dentro de lo que se podía esperar según las convenciones audiovisuales estándar. Probablemente por lo mismo no conecte por igual con todos los espectadores, pero esto no es un obstáculo para apreciarlo.
A lo largo de una hora, desde las primeras imágenes de dunas, con arena escurriéndose y el sonido del viento al que luego se unirán vehículos motorizados y los ruidos de las obras, el montaje de la directora Josefina Pérez-García une con fluidez y buen sentido del ritmo los distintos elementos que el equipo fue registrando en un periodo donde queda bien claro el paso del tiempo y las estaciones, como se refleja en la escarcha, los fuegos artificiales de Año Nuevo o en los veraneantes que llegan a la playa.
Lo tradicional debe convivir con la modernidad, como se puede ver por ejemplo en una persona que avanza con sus caballos haciendo más lento el tránsito de los automóviles, o cuando las enormes construcciones se despliegan de manera monstruosa y rotunda, o la refinería y sus edificaciones que en la noche parecen un decorado de ciencia ficción, todo esto en el contraste con las diversas especies de aves y animales, que incluyen lobos marinos, gaviotas, jotes y los más llamativos y adorables, los tucúqueres cuyos nidales parecen estar en permanente riesgo por el avance humano.
Con la ya citada labor en edición, el aporte constante del sonido, y el buen trabajo en la cámara y dirección de fotografía de César Rivas, la variedad de encuadres y diversidad de miradas ayudan a que el conjunto sea mucho más contundente y poético de lo que se podría pensar al tener en cuenta que no corresponde a estructuras narrativas más habituales.
- Título original: Nidal
- Directores: Josefina Pérez-García, Felipe Sigala
- País: Chile
- Año: 2021
- Género: Documental
- Duración: 61 minutos
- Guión: Matías Zúñiga
- Producción: Josefina Pérez-García, Felipe Sigala
- Fecha de estreno: 22 de junio, 2023
- Distribuidora: Cine UDD
