Desarrollar algún tipo de cáncer -en cualquier etapa de la vida- produce un fuerte impacto y prácticamente detiene el tiempo; los proyectos a mediano y largo plazo, como puede ser la maternidad, pierden relevancia cuando la vida está en peligro y hay que vencer la enfermedad.
La quimioterapia, por ejemplo, funciona eliminando las células del cuerpo que se dividen rápidamente como las del cáncer. En este sentido, los estrógenos, necesarios para preparar el útero para un posible embarazo, se producen en unas células de los ovarios que rodean a los ovocitos, llamadas células de la granulosa, que tienden a dividirse rápidamente, por lo que son afectadas por la quimioterapia, disminuyendo la fertilidad.
“Cuando una mujer es diagnosticada con cáncer de mama o algún otro tipo de cáncer, lo primero que hacemos es recomendarle que consulte con su equipo oncológico, cuánto podría verse afectada su fertilidad con el tratamiento propuesto, para tomar a tiempo una decisión pensando en una futura maternidad, si la salud lo permite”, señaló el doctor Rodrigo Carvajal, especialista en reproducción asistida de IVI Santiago.
“Los efectos del cáncer, lamentablemente, pueden afectar la fertilidad de una mujer. Es una realidad, sin embargo, hay esperanza. En la actualidad, de hecho, contamos con tratamientos para la Preservación de la Fertilidad, para buscar un embarazo, una vez concluido los tratamientos contra el cáncer. Entre ellos, figuran la vitrificación de ovocitos, la trasposición de ovarios y la congelación del tejido ovárico”, agrega el especialista de IVI.
¿Y cómo podemos preservar de la fertilidad?
El sueño de la maternidad es posible de abrazar, a pesar de haber pasado por un cáncer y haber sobrevivido a este, gracias a diversos tratamientos que existen para Preservar la Fertilidad. En este sentido, hay variadas alternativas como la son vitrificación de ovocitos, la trasposición de ovarios y congelación del tejido ovárico.
Por otra parte, existe la protección médica de las gónadas (agonistas de GnRH): podrían evitar que los folículos alcanzaran su umbral de sensibilidad a la quimioterapia mediante la supresión de las células de la granulosa. En estudios efectuados sobre ratas tratadas con agonistas GnRH se demostró una inhibición del proceso de reclutamiento de la reserva de pequeños folículos para su paso a folículos mayores, que presentarían un posterior desarrollo y artesia.
Maduración in vitro de ovocitos (MIV):
consiste en la recuperación de ovocitos inmaduros de pequeños folículos antrales no estimulados o mínimamente estimulados, y su cultivo en un medio apropiado hasta su maduración. De esta manera, se puede evitar la estimulación ovárica y por tanto, se presenta como una alternativa a un ciclo standard de FIV. Puede ser de utilidad en aquellas pacientes en las que, por alguna razón, interese evitar la estimulación ovárica, como en las pacientes. El proceso de vitrificación consiste en la extracción de óvulos maduros de la mujer, los que se criopreservan en nitrógeno gaseoso a -196°C, guardándose en un tanque con tecnología de última generación llamado CBS.
“Una vez que la paciente ya ha superado el cáncer y está lista para comenzar un tratamiento para intentar un embarazo, estos óvulos se descongelan y, mediante Fecundación In Vitro (FIV), se fertilizan con el esperma de la pareja o de un donante, para luego implantarse en el útero”, explicó el doctor Carvajal.
Estos tratamientos enfocados a la preservación de la fertilidad para pacientes con cáncer no pueden garantizar la consecución de un embarazo en el futuro, pero sí la posibilidad de al menos intentarlo.
Si bien la mayoría de las pacientes que se realizó el tratamiento de Preserva en IVI fue por razones sociales, o postergación de la maternidad para privilegiar el desarrollo profesional o la búsqueda de una relación más estable, 60 mujeres lograron ser madres después de haber vencido a la enfermedad.