Vivimos una época bastante peculiar en la que un porcentaje importante de las cintas que llegaban a la pantalla grande, por lo menos antes de la pandemia y actualmente a las plataformas de streaming, son de hecho producciones recicladas de entregas anteriores. Esto ha gatillado que los conceptos ‘reboot’ y ‘remake’, que en algún momento no eran de uso masivo, se hayan convertido en jerga típica de todo aquel que disfruta del cine, aunque sea de manera esporádica.
Pero, mientras muchos y me incluyo, repetimos muchas veces estos términos como si fueran sinónimos el uno del otro, en realidad cada una de estas palabras tienen una definición muy precisa, que difieren muchísimo entre sí.
Remake
Para comenzar, veamos lo que significa ‘Remake’: término en inglés que se traduce literalmente como rehacer o hacer de nuevo ¿Qué quiere decir esto? Bueno, tomar una producción anterior o extranjera y volver a contar la misma historia básicamente de la misma manera, salvo un par de cambios menores, o sea, modernizarla.
Ejemplos claros de un remake seria lo que está haciendo Disney con sus cintas clásicas animadas: la versión ‘live action’ de “El Rey León”, para nombrar uno, o la película sueca “Let The Right One In” de 2008, que dos años más tarde tuvo una nueva versión para el público de habla inglesa a cargo del director Matt Reeves, llamada “Let Me In”.
Reboot
Por la contraparte, un ‘Reboot’, que proviene del término informático en inglés ‘reiniciar’, es sencillamente tomar una narración o universo y comenzarlo desde cero en una nueva historia. Esto podría sonar un poco confuso, ya que se podría confundir con un spin off u algo por el estilo, para simplificar la idea. Un ejemplo de ésto son las versiones hollywoodenses de Godzilla de 1998 y 2014, que siguen a un mismo personaje y concepto, pero cuyas historias varían bastante entre sí.
Obviamente este es un tema donde las sutilezas hacen toda la diferencia y donde es fácil equivocarse, por lo que no es de sorprenderse que muchos de nosotros fácilmente confundamos su uso.