A pesar de ser un concepto clásico de la animación, que data desde la aparición de Mickey Mouse en el cortometraje “Steamboat Willie” de 1928 e incluso antes, los animales antropomórficos (con cualidades intrínsecamente humanas) siempre ha obviado una idea básica en sus historias, la de la convivencia entre el depredador y la presa.
Y es que ver una sociedad, donde un león interactúa pacíficamente con una cebra o una serpiente con un ratón, dejando de lado el hecho de que para uno el otro es simplemente un alimento, nunca fue una idea que los espectadores o creadores pusieran en duda, a pesar de los evidentes problemas que esto conllevaría. Eso hasta el estreno de “Zootopia” en 2016, aunque claro, entregándonos una perspectiva bastante más positiva y liviana, apropiada para el estudio de animaciones que lo produjo, Disney.
Ese mismo año se publicó el primer comic de «Beastars», el que tenía una mirada bastante más oscura y cruda de cómo sería una cultura en la que animales deben luchar contra sus instintos más básicos, como el matar a su presa o temerle al depredador, narración que fue transformada a una serie animada y que se encuentra disponible en Netflix.
En un mundo de animales antropomórficos, carnívoros y herbívoros conviven unos con otros. Regoshi es un lobo miembro del club de teatro de la escuela, y a pesar de su aspecto amenazante, es una buena persona. Es de esta manera en que conocerá a Haru, una pequeña coneja blanca, paria de la comunidad escolar debido a su comportamiento promiscua, con la que forjará una relación de amor, sentimiento que les resultará completamente foránea debida a sus propias naturalezas de carnívoro y herbívoro.
DISCRIMINACIÓN Y ODIO
Como mencionamos, el concepto no es nuevo y de hecho se podría considerar hasta un poco sobre utilizado, pero en esta ocasión resulta bastante interesante debido a la constante fricción que hay entre las dos clases de animal. Por un lado, los depredadores (o por lo menos la mayoría) intentan suprimir sus deseos de alimentarse de otros seres más débiles, mientras que, por la otra, los herbívoros sienten una constante desconfianza hacía sus conciudadanos carnívoros, sensación que rápidamente se desarrolla en un resentimiento y odio, lo que a su vez genera tensión entre los personajes y segregación según especies.
Seguramente el caso más representativo de esto es el de Rouis, deuteragonista de la serie, un ciervo rojo y el estudiante más popular de la escuela y actor protagónico del club de teatro. Este ciervo, quien a pesar de ostentar una posición de gran poder y ser admirado por sus compañeros, siente un profundo rencor contra los carnívoros, debido a un hecho oscuro de su pasado.
PERSPECTIVA MADURA
Más allá del claro problema de convivencia, esta serie animada tampoco tiene problema de exhibir los detalles más ‘adultos’ de su narración, con un puñado de escenas centradas en temáticas sexuales, aunque sin realmente plasmar desnudos ni escenas inapropiadas sobre la pantalla. Esto se da sobretodo relacionado a la línea narrativa de Haru, y sus múltiples parejas sexuales, la que también tiene raíces en su pasado y su realidad como un animal pequeño y básicamente incapaz de defenderse de seres de mayor envergadura.
Otro aspecto esencial en la forma como se representa este mundo, es la violencia que presenciamos a lo largo de la temporada, dando a entender que a pesar de que estos dos tipos de animales, los que se alimentan de carne y los que se sostienen a base de plantas, deben convivir e interactuar a diario, los ataques de los primeros en contra de los segundos es algo habitual. De hecho, es tanto el peligro, de que hasta existen grupos criminales y un mercado negro dedicado a la venta y consumo de los más débiles.
Quizás lo que realmente diferencia a esta serie animada de otras es que los personajes, por muy complejos e interesantes que pueden llegar a ser, el verdadero protagonista es sin duda el mundo donde la historia toma lugar. Y tendremos la oportunidad de sumergirnos aún más en este espacio a partir de este mes de julio cuando la segunda temporada aterrice en Netflix.
Título Original: Beastars
Director: Shin’ichi Matsumi, Yasuhiro Geshi
País: Japón
Año: 2019
Género: Animación, Crimen, Drama, Fantasía
Duración: 23 minutos
Con: Chikahiro Kobayashi, Yuki Ono, Sayaka Senbongi, Fukushi Ochiai, Sayumi Watabe
Guión: Nanami Higuchi, Paru Itagaki
Música: Satoru Kôsaki
Fecha de estreno: 10 de octubre, 2019
Web:Ver Acá
Plataforma: Netflix