En tiempos en que la profesión periodística está devaluada y los diarios sufren la peor parte del tsunami medial, el documental “Colectiv” parece venir de otro mundo, época y condiciones. Sus héroes son los reporteros de un periódico que destapa un caso de corrupción gubernamental y las víctimas son las personas que perecieron y resultaron heridas tras el incendio en un recital de rock pesado, justamente por las malas condiciones sanitarias de los hospitales estatales a los que arribaron.
El acto antiético es éste: los políticos en el poder arreglan la “licitación” de desinfectantes con una farmacéutica que los vende a los centros sanitarios, donde son diluidos en agua y pierden efectividad en los pacientes. En vez de sanar las quemaduras, probablemente las empeoran y los heridos sufren shocks sépticos. Por esta razón murió más gente de la normal en el siniestro del 30 de octubre del 2015.
Lo extraordinario de todo es que los reportajes del diario Gazeta Sporturilor lograron la caída de un gobierno. En particular, el periodista y editor Catalin Tolontan se transformó en el ejemplo del profesional honesto y sin miedo ante el poder, el que lideró la investigación e incomodó como infalible piedra en el zapato a las autoridades en cada conferencia de prensa. Casi parece mentira que en estos tiempos nebulosos y confusos pueda establecerse una línea divisoria tan nítida entre buenos y malos como la que exhibe “Colectiv”, pero es probable que aquello tenga que ver con el sello del propio director Alexander Nanau.
Estrenado hace pocas semanas en HBO Max, “Colectiv” no es un ejercicio de estilo en la línea de “El Agente Topo”, sino que una película directa y al hueso, contundente en su denuncia y dolorosa tras su primera dosis. Su título, en rumano, alude al nombre del centro nocturno donde se produjo el siniestro que terminó matando a 64 personas aquel fatídico viernes de octubre del 2015. También podríamos estirar la cuerda y pensar que es una metáfora (“colectivo”) para referirse al pueblo llano, a aquel que es atropellado por las ruedas de poder una y otra vez.
En la disputa de premios
“Colectiv” fue estrenado en el Festival de Venecia del 2019 y desde de ahí en adelante comenzó a recibir elogios y nominaciones en cada encuentro al que llegó. Su realizador Alexander Nanau (1942) nació en Rumania, pero actualmente reside en Alemania, donde también tiene su centro de operaciones profesionales. Fue en ese contexto, el de la Europa del norte desarrollada y tal vez condescendiente, donde encontró los recursos económicos para realizar este intenso y devastador filme acerca de un país en crisis, corrupto y muy parecido a cualquier nación latinoamericana, incluida Chile.
La cinta, que cuenta con el apoyo de HBO Europe, llegó a competir por los premios Oscar 2021 en dos categorías: Mejor película internacional y Mejor documental. No ganó en ninguna, pero podríamos decir que tenía todas las credenciales para quedarse al menos con el segundo de los premios, donde también participaba por cierto “El Agente Topo”. Es tal la admiración que la cinta de Nanau provocó en la comunidad artística que la propia Maite Alberdi (directora de “El Agente Topo”) dijo que le parecía la mejor película del grupo y que merecía la estatuilla que finalmente logró “Mi Amigo el Pulpo”.
Es probable que la película nunca se hubiera estrenado en Chile de no mediar aquella co-producción de HBO Europe, que actualmente le permite al menos entrar al territorio de las plataformas de streaming. Por lo demás, los otros cuatro filmes nominados (además de “Mi Amigo el Pulpo” y “El Agente Topo”, estaban “Crip Camp” y “Time”) también se han podido ver en ese formato, tanto en Netflix como en Amazon Prime Video.
Tolontan y el colectivo
Durante una hora y 49 minutos, Alexander Nanau va narrando de forma cronológica y bastante sobria las dos historias que arman el esqueleto de “Colectiv”: la del periodista Catalin Tolontan en su búsqueda denodada por mostrar la verdad y la miseria bajo la alfombra; y la de las víctimas y sus familiares. Si alguien vio “Spotlight”, ganadora del Oscar a Mejor película 2016, puede encontrarse algunos elementos similares: periodistas enfrentados al poder y a la institucionalidad; anónimos perjudicados sin acceso a privilegios; salas de redacción trajinadas; batallas casi quijotescas.
Poco a poco van cayendo las mascaradas oficiales y las explicaciones sobre por qué no se trasladó a los heridos a mejores hospitales. Más temprano que tarde se desmorona el gobierno. Asume un nuevo ministro de salud, pero al mismo tiempo otra vez aparecen los viejos fantasmas de quienes antes estuvieron en el poder (en este caso un gobierno socialdemócrata), buscando socavar los intentos de la autoridad entrante por mejorar las condiciones sanitarias de los hospitales del país.
El nuevo ministro Vlad Voiculescu es un tecnócrata. No obedece a los códigos políticos clásicos, probablemente se ubica en el centro político, no es médico, pero parece tener cierta ética laboral que sus predecesores no. Sin embargo, sus decisiones tienen la eficacia de un novato sin manejo en las redes del poder.
Uno podría argumentar que el realizador Alexander Nanau se pone del lado de los profesionales individualistas que critican la política clásica y la estigmatizan de la misma manera que lo podría hacer Donald Trump. Sin embargo, sus decisiones en este documental al menos sólo obedecen al código del honor y a la intención de actuar con la verdad. Es el mismo libreto del periodista Tolontan y, a la larga, el mismo libro y tabla de salvación de quienes buscan la reparación del mal hecho a sus seres queridos. Una gran película.
Título Original: Colectiv
Director: Alexander Nanau
País: Rumania, Luxemburgo
Año: 2019
Género: Documental
Duración: 109 minutos
Con: Catalin Tolontan, Vlad Voiculescu, Mirela Neag, San Alexandru Condrea
Música: Kyan Bayani
Producción: Alezander Nanau, Bernard Michaux, Hanka Kastelicová, Bianca Oana
Web: Ver Acá
Fecha de estreno: 3 de agosto de 2021
Plataforma: HBO Max
