¿Qué los videojuegos no se mezclan con la política? Kosmokrats hace exactamente eso, en forma de puzles y conquistando corazones comunistas o capitalistas en su glorioso universo lleno de física y gravedad.
Comenzamos la aventura 2D con un pequeño dron. Tendremos que ir conectando uniones y con esto armar una pieza, pero hay que hacerlo con cuidado ya que en el espacio todo puede salir mal.
A medida que vamos avanzando el juego nos va a llevar por puzles más complejos donde nuestros cabezazos tendrán que saber entrelazarse con unos imanes que podremos ocupar para hacer calzar todas las piezas.
Quizás si la trama de Kosmokrats no fuera tan atractiva como la carrera espacial en la guerra fría, el juego pasaría desapercibido en Steam, pero sus creadores lograron encapsular y dosificar gran parte de este periodo de la historia, donde a medida que vas interactuando con otros personajes te enteras que tus decisiones pueden poner en la delantera a tu misión y por fin, conquistar el espacio.
Esos indies locos
El bombardeo promocional de los juegos AAA hace que a ratos ignoremos el maravilloso submundo de las aventuras indies. Juegos que por una fracción de un gran titulo nos van a entregar tantas o más alegrías. Si, seguramente un indie no va a tener la duración extensa e incluso, como en el caso de Kosmokrats, va a caer en repeticiones o mecánicas que no terminan de desafío al 100% al jugador, pero hay un desarrollo de historia que muchas veces es mucho más atractivo, que un juego que perfectamente se sostiene más por el marketing que por ser un buen juego.
Los USD 15 que cuesta en juego harán que tengas que decidir muy bien tus pasos. Como buen juego inspirado en la USSR tus decisiones impactan el todo, incluidos tus recursos, tanto de materiales como de raciones alimenticias.