Con la cuenta regresiva para el regreso de este thriller político cada vez más cerca de llegar a cero, hemos querido recordar algunos detalle que hicieron de esta serie una de las más populares entre los fanáticos de este género.
Por Abner Jaramillo
La segunda temporada de “Designated Survivor” ¡ya esta aquí!, o al menos en la cadena ABC, pero calma que tiene fecha de estreno para Netflix Latinoamérica el 6 de octubre, así que mientras tanto, presentamos un breve resumen de la primera temporada, por si aún no la han visto (sin spoiler, tranquilos), y también algunas proyecciones para la segunda parte.
Este thriller político, tiene como argumento principal la designación presidencial de un funcionario de gobierno de segunda línea, tras la explosión del capitolio en medio de “El discurso del Estado de la Unión” (que en Chile sería algo así como la cuenta pública del 21 de mayo), el que termina con la vida de todos los funcionarios del poder ejecutivo, legislativo y judicial, es decir, todo el sistema gubernamental. Es ahí donde se activa el protocolo del “Sobreviviente Designado”, una práctica política que se aplica desde la década de los 60’ en Estados Unidos, que busca resguardar la vida de un funcionario de gobierno ubicándolo en un lugar de extrema seguridad, apartado de todo el resto, para que frente a cualquier evento que ponga en riesgo la estabilidad política gubernamental del país, asuma el cargo de presidente de la nación, dado que es el único y último sobreviviente.
Tom Kirkman (Kiefer Sutherland), Subsecretario de Vivienda y Desarrollo urbano, es quien asume la titánica tarea de liderar al país como presidente de los EEUU frente a la catástrofe, al ser el “sobreviviente designado”. La clave principal está en que Tom no posee los antecedentes políticos ni profesionales para asumir dicha función, por lo que deberá sostener el peso de la presión mediática para legitimar su cargo, y a su vez lograr descifrar lo que hay detrás de la explosión en el Capitolio. Para aquello, su esposa Alex (Natascha McElhone) y su equipo de gabinete: Aaron Shore (Adan Canto), Emily Rhodes (Italia Ricci), y Set Wright (Kal Penn) serán los encargados de apoyar esta dificil encomienda, que dara paso a todo el conocido juego del poder, conflicto de intereses, la ambición, tráfico de influencias, filtraciones a la prensa, politica exterior, terrorismo, relaciones politicas internas, entre otras…
Además el segundo elemento más importante en el desarrollo de la historia es, como decia anteriormente, conocer el trasfondo de la explosión del Capitolio, donde la agente del FBI, Hannah Wells (Maggie Q) jugará un rol fundamental. ¿Será un ataque terrorista? ¿Por qué el Capitolio, y no el Pentágono o la Casa Blanca?, ¿Quiénes serán los involucrados?, ¿Cuáles son los límites de la confianza y uso del poder en este tipo de situaciones extremas?
Sin duda, el presidente Kirkman no la tendrá facil. Durante toda la temporada la historia es bastante dinámica y ofrece un gran hilo conductor que no deja indiferente al espectaor y particularmente a quienes difrutan temáticas políticas mezcladas con el drama y suspenso. La primera temporada tiene 21 capítulos, y están disponibles en Netflix (no tendrás que esperar semana a semana su estreno). En resumen, esta primera parte nos revela un escenario de desestabilización política total que enfrenta una potencia mundial como Estados Unidos ante un evento catastrófico, y de cómo un funcionario de gobierno asume la labor de liderazgo y reconstrucción social-política, mostrando el lado más humano de la función pública.
Por último, la segunda temporada que se estrena este 6 de octubre por Netflix, tendrá la difícil misión de mantener el suspenso y drama de la historia, pero en un escenario no tan adverso, sino más bien propositivo, luego de un año de gobierno del presidente Kirkman, es decir, un gobierno estabilizado.