A lo largo de las dos últimas décadas, el húngaro Kornél Mundruczó ha ido abriéndose camino entre los realizadores europeos de las generaciones recientes, primero con premios en prestigiosos certámenes como Locarno y luego como habitual invitado en el Festival de Cannes. En este último, el 2014 ganó la sección Una Cierta Mirada con su comentado drama de suspenso canino “White God”, aunque cuando regresó al evento francés, el 2017 con “Jupiter’s Moon” y participó por tercera vez en la competencia oficial, la recepción de la crítica fue bastante mixta, e incluso, algunos lo mencionaron entre las grandes decepciones de esa edición.
Mucho mejor le ha ido con su más reciente film: “Fragmentos de una mujer”, que debutó mundialmente en septiembre en la primera vez que el director participaba en la competencia oficial del Festival de Venecia. Además de tener una recepción más positiva de los expertos obtuvo la Copa Volpi a la Mejor Actriz para su protagonista, la británica Vanessa Kirby, encarnando a Martha, una mujer embarazada próxima a dar a luz, cuyo matrimonio y estabilidad emocional y familiar serán severamente puestos a prueba. Y ahora ya está disponible en Netflix, por lo que por primera vez un largometraje de Mundruczó se puede ver de manera oficial por estos lados.
DEL IMPACTO A LAS METÁFORAS
Ambientada en Boston, está escrita por Kata Wéber, dramaturga y guionista que ya estuvo a cargo de las historias en las dos películas anteriores de Mundruczó, y quien es además su pareja en la vida real. Adaptándose a una coproducción internacional que le permitiera incursionar fuera de Europa y filmando con reconocidas figuras, el realizador impacta de entrada a los espectadores con una agobiante primera media hora inicial en donde con implacable destreza guía un plano secuencia de alrededor de 20 minutos en los cuales no sólo pondrá a prueba a sus protagonistas, sino además nos hará estremecernos y transitar por la tensión y el agobio.
Tras ese demoledor comienzo que pondrá a prueba a su audiencia, la trama irá avanzando a lo largo de varios meses con un ritmo muy distinto, adoptando otros derroteros que no siempre nos explicarán todo, ni comprenderemos bien las decisiones, actitudes y la psicología de sus personajes. Recurriendo a unas cuantas metáforas que no son precisamente sutiles, algo que no debería extrañar tratándose de Mundruczó, quien en su anterior película se centraba en un refugiado que podía levitar, y ahora aprovechando que el esposo de la protagonista es un obrero trabajando en la construcción de un puente, nos muestra los avances de la edificación, lo que da para explicaciones sobre la fuerza de la resonancia e incluso para un posible discurso social al remarcar las diferencias de clase, elemento que finalmente apenas se esboza.
Habrá otras potenciales metáforas a las que poner atención, y también un cierto aire fatalista y fúnebre que ronda a los personajes, lo que hará que para muchos Fragmentos de una mujer sólo parezca un melodrama algo cursi o recargado, casi telenovelesco. Pero también hay que reconocer que Mundruczó logra ir más allá: está la capacidad de transmitirnos esa tristeza por momentos casi clínica que exudan las situaciones, por ejemplo mostrando cómo esto se refleja en una cocina o en las plantas del hogar. También hay un halo enigmático en lo que nos cuentan y algo invernal y melancólico en el paso del tiempo, que ayuda a capturar la dirección de fotografía de Benjamin Loeb -el mismo de la sorprendente y alucinante Mandy- y que también realza la muy adecuada banda sonora del gran Howard Shore.
DOS POTENTES ACTUACIONES FEMENINAS
Si bien es probable que por su enfoque, las decisiones argumentales y la puesta en escena continúe generando reacciones dispares entre la crítica y el público, en lo que parece haber consenso a la hora de reconocer los logros de la película es en el sólido trabajo de su ecléctico elenco, que incluye entre sus roles secundarios al realizador Benny Safdie, codirector de uno de los filmes más elogiados de la temporada 2019/2020, “Diamantes en bruto”, que también se puede ver en Netflix. Pero el mayor peso dramático recae en la pareja protagónica, donde un actor que no siempre convence por igual a todo el mundo, el siempre intenso Shia LaBeouf, se vuelca por completo como el atormentado Sean, mientras sobresale especialmente la Martha de Vanessa Kirby, una de las figuras más ascendentes del último tiempo, como ha demostrado en producciones como la serie “The Crown” -interpretando a la princesa Margarita en su juventud durante las primeras dos temporadas, rol por el que incluso fue nominada al premio Emmy- o en títulos fílmicos tan comerciales como “Misión imposible: Repercusión” y “Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw”.
Con impecable dominio físico y a través de reveladores silencios, gestos y miradas, Kirby saca adelante de manera contundente un papel complejo y exigente, desde ese ya demandante plano secuencia de la primera media hora hasta el posterior proceso interno y externo que vive en pantalla, donde bajo esa aparente e implacable frialdad y determinación con la que va asumiendo su realidad, el público puede adivinar muchos sentimientos encontrados y extremos. A pesar de los cuestionamientos que se puedan hacer al filme, ella conforma uno de los personajes femeninos más interesantes del último año y sin duda no sólo fue merecido su premio en Venecia, sino además no es de extrañar que ya figure en las listas de posibles nominadas al Oscar, en una categoría que aparentemente estará muy peleada por la presencia de previas ganadoras como Frances McDormand y Viola Davis, pero donde ella podría estar perfectamente.
Y un párrafo aparte merece la veterana y siempre notable Ellen Burstyn, interpretando a Elizabeth, la madre de la protagonista, otro logro para agregar a algunos de sus personajes más memorables que precisamente han sido madres, ya sea en “The Last Picture Show”, “El exorcista”, “Alicia ya no vive aquí”, por la que en 1975 recibió el Oscar a la mejor actriz (dirigida por Scorsese, quien ahora es uno de los productores de Fragmentos de una mujer) o “Requiem por un sueño”. A sus 88 años recientemente cumplidos y tras más de medio siglo de carrera en el cine, esta gran actriz, una de las más destacadas de su generación, podría ser nominada por séptima vez al premio de la Academia -la última vez que fue postulada fue hace ya dos décadas-. Ahora como actriz secundaria, por otro rol memorable, una mujer acostumbrada a tomar decisiones pero a la que el paso del tiempo le está pesando, sobre todo por la permanente tensión con su hija, lo que da pie en una potente escena a un estremecedor monólogo que nos demuestra que Burstyn sigue siendo una de las grandes.
Disponible en NetflixTítulo Original: Pieces of a Woman
País: Canadá, Hungría, Estados Unidos
Año: 2020
Director: Kornél Mundruczó
Actores: Vanessa Kirby, Shia LaBeouf, Ellen Burstyn, Iliza Shlesinger, Benny Safdie, Sarah Snook, Molly Parker
Duración: 126 minutos