Placer Culpable

Nov 13, 2020

«Matar a Pinochet»

Una década después de sus incursiones documentales en Juan Downey, más allá de estos muros y como uno de los directores de la exitosa “Ojos rojos”, y luego de su participación en ficciones televisivas inspiradas en la realidad como “Los archivos del Cardenal”, “Zamudio” y “La cacería”, el realizador Juan Ignacio Sabatini regresa al largometraje con esta adaptación de la novela “Los fusileros: Crónica secreta de una guerrilla en Chile” (2007), del periodista Juan Cristóbal Peña. 

Aunque son películas muy diferentes, de todos modos es probable que a raíz de este estreno más de un espectador se acuerde de ese verdadero fenómeno en el que se convirtió hace justo dos meses “Tengo miedo torero”, a partir de sus comentadas funciones locales de pre estreno online. De cierta manera, es inevitable: las dos están basadas en un original literario, ambas transcurren en el mismo periodo histórico -el Chile de mediados de los años 80, en plena dictadura- y abordan el atentado a Pinochet de 1986. Y las coincidencias no terminan ahí, porque incluso hay puntos en común en su elenco: la actriz argentina Julieta Zylbergerg interviene en ambas, aunque en este nuevo estreno, encarnando a la hermana de la protagonista -la comandante Tamara que interpreta Daniela Ramírez-, si bien sus apariciones nuevamente son breves y acotadas, tiene mayores posibilidades de desarrollar un personaje.

Al igual como ocurrió de manera tan notoria con la versión fílmica de la novela de Lemebel, en este caso habrá quienes se preocupen más de qué tan fiel o no es el relato en la pantalla comparando con el original literario, pero más allá de eso, el resultado en general es bastante más logrado y convincente de lo que muchos pudieron temer por las ambiciones que implicaba llevar una historia como esta al cine, en la que no sólo se pretende abordar la fallida emboscada al dictador, sus entretelones operativos y la trastienda organizacional del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, sino además se busca desarrollar un retrato a nivel humano de los líderes del FPMR que intentaron llevarla a cabo. 

Probablemente por lo que implica una coproducción con Argentina y España, era ineludible contar con actores extranjeros en el reparto -además de Zylberberg, también está su compatriota Juan Martín Gravina-, pero a diferencia de otras ocasiones, eso no es algo que desentone o afecte el conjunto. En Matar a Pinochet Sabatini maneja bien el ritmo, y aunque ya buena parte de quienes la vean ya sabrán el desenlace de lo que nos muestra, de todos modos hay una adecuada cuota de tensión y suspenso. Con menos de 90 minutos de duración, queda la impresión de que el film pudo extenderse al menos un poco más, desarrollar de manera más consistente los hilos argumentales y profundizar en los personajes y sus motivaciones y conflictos, pero igual es bastante efectivo.

Además del aporte de las imágenes de archivo que van desde Pinochet hasta las protestas y enfrentamientos policiales, el contexto histórico de esta época que ha sido cada vez más abordada audiovisualmente en la última década en nuestro país -desde series como la ya mencionada Los archivos del Cardenal y Los 80 hasta películas como Sapo, o la misma Tengo miedo torero- está muy bien conseguido gracias a la dirección de arte de Marichi Palacios y la fotografía de Enrique Stindt, y consigue ir más allá de la caricatura de los guerrilleros heroicos, sobre todo porque los actores en general son muy adecuados, partiendo por unos convincentes Daniela Ramírez -que además guía la narración con su voz en off- y Cristián Carvajal, y el siempre sólido Gastón Salgado en un rol intenso y que da la impresión de tener tensión y rabia acumuladas que podrían salir a la superficie en cualquier momento.

A través del guion -escrito a partir del libro por Enrique Videla y Pablo Paredes, junto al propio Sabatini- y la puesta en escena es notorio el intento por ir más allá de los clichés y arquetipos para dotar de más humanidad a los personajes (por ejemplo, en las escenas de la comandante Tamara con su hermana, o con su padre que encarna Luis Gnecco), pero la forma de desarrollar la trama incluyendo saltos temporales no funciona por completo e incluso podría confundir a más de alguien. Por el momento en el que se estrena, y considerando el contexto social y político del Chile actual, en particular a lo largo del último año, quizás no eran menores las expectativas con esta película y en ese sentido puede que sea menos contundente de lo que se esperaría, pero no por eso es fallida o decepcionante, porque se sostiene mucho mejor de lo que se podría pensar. Ojalá una vez más controlada la pandemia y cuando se pueda volver a los cines, sea posible verla en pantalla grande para apreciarla mejor. 

Este fin de semana, hay dos funciones: sábado 14 y domingo 15 de noviembre, en Punto Ticket.

Joel Poblete Morales

Periodista y crítico de cine, ex presidente del Círculo de Críticos de Arte de Chile. Como miembro de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica, FIPRESCI, integró jurados de la crítica en festivales de Alemania, España, Suiza y México. Entre 2007 y este año fue uno de los programadores del festival de cine SANFIC. Periodo 2020 - 2023.

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