Placer Culpable

Dic 11, 2020

Nuevo Orden

Ya desde su primer largometraje, “Daniel & Ana” (2009), estrenado mundialmente en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes y basada en la historia real de dos hermanos que son secuestrados y obligados a tener sexo mientras son grabados, el realizador Michel Franco se ha convertido en uno de los enfant terribles del cine mexicano con una filmografía, que a sus 41 años y a lo largo de la última década, ha tenido muy buena repercusión en el circuito internacional, especialmente en el prestigioso certamen francés. En él su filme “Después de Lucía” (2012) obtuvo el premio principal en Una Cierta Mirada, sección a la que regresó en 2017 con “Las hijas de abril”, que recibió un premio especial del jurado y entremedio tuvo el honor de estar en la competencia oficial, en 2015, con “Chronic” protagonizada por Tim Roth en otra de sus grandes interpretaciones y a la que el jurado, que encabezaron los hermanos Coen, distinguió con el premio al Mejor Guión.

Pero al margen de los premios y el reconocimiento, más allá de las fronteras mexicanas, Franco ha estado filmando historias que en mayor o menor medida pueden estremecer, inquietar y provocar al espectador, y es con este sexto y más reciente film suyo que definitivamente ha logrado no dejar indiferente a nadie. Nuevamente en uno de los festivales de cine más importantes del mundo, esta vez el de Venecia -el primero que se pudo hacer de manera completamente presencial desde el inicio de la pandemia-, tuvo su debut mundial en septiembre pasado integrando la competencia oficial, donde recibió el Gran Premio del Jurado liderado por Cate Blanchett.  Desde entonces no ha dejado de dividir al público entre quienes lo aplauden y los que lo rechazan, por ejemplo, cuando se lanzó el trailer oficial de la película y las redes estallaron entre quienes se enfrentaban por ella sin siquiera haberla visto, como cuando finalmente se estrenó en cines mexicanos, el 22 de octubre, pocos días de que tuviera su primera exhibición virtual en Chile, como película inaugural de Ficviña.

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«El amanecer de los pobres»

El argumento es tan básico y sencillo como ya deja ver el trailer: una elegante fiesta de boda que ha organizado una de las familias más millonarias y poderosas de México se ve interrumpida por una verdadera revolución de las clases más humildes, en las que hordas de personas fuera de control están dispuestas a todo. ¿Es para tanto todo este revuelo a estas alturas, cuando ya se han visto tantas películas de toda índole y uno podría imaginarse que nada nos puede impresionar demasiado? ¿Será sólo un fenómeno de marketing o el habitual ruido que provocan las polémicas que se viralizan en redes sociales? Después de verla, queda claro que nadie puede quedar impasible, y se comprende que genere reacciones tan diversas y encarnizadas. A pesar de que en términos de violencia y crueldad, si bien puede ser fuerte y desagradable para más de alguien, si lo analizamos fríamente no es nada que no hayamos  visto antes en pantalla, incluso en otros títulos mexicanos de la última década, como “Heli” (2013), de otro «provocador»: Amat Escalante, de la misma edad que el director de “Nuevo orden”.

Lo que ha dividido mucho a las audiencias antes y después de verla, es la mirada que presenta Franco: la rebelión es iniciada por los pobres que han sido oprimidos durante décadas y siglos y cuya realidad contrasta abruptamente con el lujo que se puede ver en las escenas iniciales de la fiesta, por lo que se podría pensar que la película está del lado de ellos como reivindicación de su lucha. Pero los personajes que tienen mayor desarrollo y algo de relieve psicológico son justamente los de los ricos, mientras los pobres son retratados prácticamente como energúmenos y verdaderos zombies capaces de destruir todo lo que se les cruce por delante, por lo que no es tan lejano a lo que ve en pantalla cuando algunas personas en redes sociales en tono burlón se referían a la película como «el amanecer de los pobres», en clara y divertida alusión a los clásicos muertos vivientes de George A. Romero. Sólo hay dos o tres personajes humildes que pueden ganarse un poco de apoyo del público, mientras son los ricos quienes parecen ser retratados como víctimas que merecen nuestra compasión por las penurias que pasan. Esto ha generado mucha molestia, en particular en México, por las alusiones políticas que se pueden establecer con la situación actual.   

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Un film agobiante

Si es tan así o no, lo deberán comprobar por sí mismos quienes se animen a ver esta película que claramente no es una experiencia grata o para pasar el rato y olvidarnos de la realidad actual, sino al contrario, ya que al verla se pueden reconocer muchos elementos que han caracterizado no sólo al estallido social del último año en Chile, sino además a los movimientos que se han estado desarrollando en distintas partes del mundo en los años recientes. “Nuevo orden” podría haber sido un interesante estudio sobre las luchas de poder, los enfrentamientos entre las clases sociales y los complejos caminos en los que desembocan las ideologías y la política, pero acá tenemos una revuelta en la que nunca entenderemos qué y cómo pasó, y tanto quienes detentan el poder como las víctimas parecen meros títeres, sin mayor profundidad que sus tribulaciones del momento.

Aunque dura menos de una hora y media, el filme puede ser agotador y desesperante para muchos por la realidad que retrata y el sensacionalismo y la poca sutileza con que está conducido el relato. No da mucha tregua a los espectadores e incluso puede ser que el permanente desfile de violencia y crueldad, más que impactar o parecernos espeluznante, nos termine adormeciendo. Sin embargo, no se puede dejar de reconocer que Franco tiene unos cuantos méritos: su puesta en escena y los movimientos de cámara son precisos, sabe manejar muy bien el ritmo y la tensión en varios momentos y, desde su inquietante secuencia inicial, destaca la visualidad que consigue gracias al trabajo del destacado director de fotografía belga Yves Cape, con el que ya trabajó en “Chronic” y “Las hijas de abril”, y quien ha brillado colaborando con grandes autores del cine francés como Bruno Dumont, Claire Denis y Leos Carax. Además, hay una buena entrega actoral por parte de un elenco en el que destaca especialmente Naian González Norvind en su sufrido rol, y que incluye rostros conocidos a nivel masivo como Diego Boneta (el protagonista de Luis Miguel: la serie) y Darío Yazbek Bernal (quien además de protagonizar el debut del cineasta se ha popularizado en los últimos años con la serie La casa de las flores). Finalmente, guste o no, de todos modos es uno de los títulos que no hay que perderse en este extraño 2020 cinematográfico, al menos para tener una opinión propia al respecto.

Funciones online a partir del jueves 10, en Cinemark.

Título Original: Nuevo Orden
País: México, Francia
Año: 2020
Director: Michel Franco
Actores: Naian González Norvind, Diego Boneta, Darío Yazbek Bernal, Patricia Bernal, Mónica del Carmen, Fernando Cuautle
Duración: 88 minutos

Joel Poblete Morales

Periodista y crítico de cine, ex presidente del Círculo de Críticos de Arte de Chile. Como miembro de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica, FIPRESCI, integró jurados de la crítica en festivales de Alemania, España, Suiza y México. Entre 2007 y este año fue uno de los programadores del festival de cine SANFIC. Periodo 2020 - 2023.

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