Como ya comentábamos por acá hace unos meses a propósito de González Iñárritu y su Bardo, así como en el pasado lo hicieran maestros como Fellini en un clásico como Amarcord, en los últimos años se ha dado la creciente tendencia en la que cineastas revisan algún episodio de su vida, en especial de la infancia y/o adolescencia, como ha pasado con Cuarón en Roma, Branagh en Belfast, Sorrentino en Fue la mano de Dios y James Gray en la aún inédita por estos lados Armageddon Time, entre otros. El más reciente y elogiado ejemplo es Spielberg con su nuevo largometraje, Los Fabelman, actualmente nominado a siete Oscar incluyendo Mejor Película, Dirección y Actriz y que acaba de llegar a la cartelera.
En esta historia semi autobiográfica, el protagonista es Sammy Fabelman, a quien al inicio vemos cuando era niño a comienzos de los años ’50 yendo por primera vez al cine con sus padres, experiencia que lo marca y hace nacer en él un impulso creativo y por contar historias, que será alentado por su madre, pianista sensible y algo frágil, mientras para su padre se trata sólo de un hobby. El film acompañará a Sammy a medida que va creciendo hasta su adolescencia a mediados de la década siguiente, y al tiempo que mostrará sus avances e inquietudes artísticas, también se vislumbrarán las complicaciones en la relación de sus padres, así como los cambios de casas y ciudades, y todo lo que implica la etapa estudiantil, desde el bullying y burlas por ser judío hasta los acercamientos románticos.
Los altibajos de la familia Spielberg
Aunque la familia protagónica son los Fabelman, es lógico que en realidad estamos ante los Spielberg, y Sammy vendría a ser un alter ego del cineasta, lo que queda claro incluso en su look, tomando en cuenta el notable parecido físico del protagonista -muy bien encarnado por Gabriel LaBelle- con el joven Steven de la vida real. Considerando que recientemente cumplió 76 años y a lo largo de la última década perdió a sus dos padres -su madre falleció en 2017, y su padre en 2020 a los 103 años-, es comprensible que el realizador se encuentre en una etapa en la que le pareció pertinente explorar en sus propios orígenes personales y profesionales, a tal nivel que él mismo decidió encargarse del guion, en una nueva colaboración con el prestigioso dramaturgo Tony Kushner, con quien ya trabajó en Munich, Lincoln y West Side Story. Esta es sólo la cuarta vez en toda su carrera en la que Spielberg firma el guion en uno de sus filmes -anteriormente lo hizo sólo en The Sugarland Express y en Encuentros cercanos del tercer tipo e Inteligencia artificial, ni más ni menos-, y por primera vez ha sido nominado al Oscar por esto, lo que se une a los otros hitos en los premios de la Academia que significa para él Los Fabelman: 45 años después de su primera nominación como Mejor Director -por Encuentros cercanos del tercer tipo-, esta es la novena oportunidad en que figura en esa categoría, y con este son 13 los largometrajes suyos que han sido nominados como mejor película (el primero fue Tiburón, en 1976, y el año pasado también estuvo con West Side Story).
Spielberg ha dicho que este es su proyecto más personal, y al ver la película se siente y percibe así. El riesgo de contar su propia historia era caer en lo edulcorado, condescendiente y excesivamente candoroso o nostálgico, pero afortunadamente el resultado es bastante más sobrio de lo que se podía esperar. Sus años de infancia y adolescencia se ven muy atractivos visualmente gracias a la muy buena ambientación de época en la que destaca el diseño de producción nominado al Oscar de dos previos ganadores de la estatuilla, Rick Carter y Karen O’Hara, y nuevamente un impecable trabajo de Januz Kaminski en dirección de fotografía, pero eso no implica que todo sea perfecto o armónico. Por mucho que se nos muestre especialmente la cercanía y el lazo sensible y artístico que se da entre la madre y el hijo, ninguno de los dos padres son totalmente perfectos, ambos tienen elementos en su personalidad que se pueden cuestionar, pero están retratados con cariño y detalles que los hacen más humanos y no sólo un arquetipo. Para quienes han seguido la carrera del cineasta, será fascinante descubrir en su historia familiar y de crecimiento ecos y guiños presentes a lo largo de su filmografía, desde elementos visuales a los temáticos, considerando que los conflictos o rupturas familiares, los lazos entre padres e hijos, las figuras paternas ausentes o complejas o lo significativa que puede ser la niñez, son ejes temáticos que podemos encontrar en muchos de sus títulos más recordados. Y lo mismo se puede decir de los homenajes o alusiones cinematográficas a películas o autores que ya habían sido parte de algunos de los clásicos spielbergianos, en este caso en particular con la presencia de uno de los cineastas a los que siempre más ha admirado, con una doble cuota de emoción para los más cinéfilos, considerando además quién lo interpreta en pantalla.
Las actuaciones y la banda sonora, entre lo más destacado
Buenas actuaciones -además del sólido y carismático protagonista y una interpretación de Michelle Williams que no convence a todas las audiencias por igual, hay que resaltar especialmente a Paul Dano y la muy breve pero potente participación del octogenario Judd Hirsch, en la segunda nominación al Oscar de su carrera tras más de cuatro décadas, un nuevo récord para los premios de la Academia- ayudan a hacer aún más efectiva Los Fabelman, que a pesar de ser tan personal no necesariamente es una obra maestra o figura entre lo más logrado y notable de la filmografía de su autor, y no es difícil imaginar que quienes más la apreciarán, disfrutarán y se conmoverán serán los más cinéfilos y especialmente los fans de Spielberg, mientras que el resto del público tal vez la consideren más larga de lo necesario o no logren conectar con su ritmo y su historia. Pero considerando los resultados de otros acercamientos de directores a su etapa formativa, a menudo idealizados con la mirada de la nostalgia, acá estamos ante una propuesta hermosa, madura, sobria y sincera, y eso se aprecia y valora.
Y por supuesto, una mención especial merece el aporte de la bella partitura del legendario John Williams, quien justo esta semana cumplió 91 años, y con su nominación al Oscar por la banda sonora de esta película no sólo ya completa más de 50 a lo largo de su carrera y sigue manteniendo el récord de más nominaciones a la estatuilla para una persona aún viva, sino además este 2023 llega ya al medio siglo desde que comenzó a trabajar con Spielberg, con su partitura para The Sugarland Express, estrenada en 1974, primer largometraje en cine del realizador, también inspirado en personajes reales. Salvo excepciones muy puntuales, Williams ha compuesto la música en casi toda la filmografía de Spielberg (este es su largometraje 31 juntos), y por lo mismo es uno de los colaboradores más cercanos y el más longevo de éstos, y al conocerlo tan bien puede aportar aún más calidez, sutileza y sensibilidad a esta historia tan personal, con melodías con su estilo inconfundible, donde se hace muy presente el piano (como era de esperar, teniendo en cuenta el talento solista del personaje de la madre), en un soundtrack donde también aparecen desde autores clásicos como Kuhlau, Bach y un fragmento de una sonata de Haydn acompañando el inicio de los créditos finales, hasta populares canciones de la época en que transcurre el film y muy oportunamente casi en el desenlace, un tema de Max Steiner para un clásico del cine muy significativo para Spielberg. Williams afirmó que con este trabajo y la música para la quinta película de Indiana Jones este año se despediría de las bandas sonoras, aunque recientemente se retractó y dijo que continuará hasta donde le sea posible. Ojalá así sea, y que tanto él como Spielberg continúen regalándonos su arte y talento por mucho tiempo más.
- Título original: The Fabelmans
- Director: Steven Spielberg
- País: Estados Unidos
- Año: 2022
- Género: Drama
- Duración: 151 minutos
- Guion: Steven Spielberg y Tony Kushner
- Con: Gabriel LaBelle, Michelle Williams, Paul Dano, Seth Rogen, Judd Hirsch, Mateo Zoryan, Jeannie Berlin, Sam Rechner, Oakes Fegley, Chloe East, Isabelle Kusman
- Música: John Williams
- Producción: Tony Kushner, Kristie Macosko Krieger, Steven Spielberg
- Fecha de estreno: 9 de febrero
- Distribuidora: Andes Films Chile
