Placer Culpable

Mar 31, 2023

Placer Culpable Cine: Minimata

Las producciones que buscan visibilizar negligencias de empresas, fábricas o corporaciones que terminan afectando al medio ambiente, la salud o la calidad de vida de personas o comunidades son casi un subgénero en sí mismas y, en las últimas décadas se han hecho cada vez más frecuentes, lo que no es de extrañar considerando el estado del mundo actual. Una de las más recientes es “Minamata”, que al fin llegó a la cartelera, tras diversas postergaciones que se fueron sucediendo luego del estreno mundial y pre-pandémico a comienzos de 2020 en el Festival de Berlín. Se especulaba en torno a si la demora se habría debido especialmente a la compleja situación pública que en los últimos años ha vivido su productor y protagonista, Johnny Depp. Pero sea como sea, ya se puede ver en cines.

Desde “El síndrome de China”, “Silkwood” o “Erin Brockovich” a cualquiera de las recientes versiones sobre la tragedia de Chernobyl, hay diversas maneras de acercarse a este tipo de argumentos. Y no siempre los resultados funcionan tan bien como se podía esperar, como bien puede dar testimonio un cineasta tan destacado como Todd Haynes, cuya “Dark Waters” -estrenada por estos lados como “El precio de la verdad”- fue en 2019 una gran decepción para la crítica y el público.

La fotografía al servicio de la denuncia social

En el caso de “Minamata”, en su segundo largometraje como director -tras “Lullaby”, de 2013- el estadounidense Andrew Levitas, quien a la par que en el cine ha incursionado además en el circuito artístico como pintor, escultor y fotógrafo, opta por un camino bastante tradicional para contar esta historia que se inicia en 1971 y está protagonizada por W. Eugene Smith, reconocido reportero gráfico que se ha destacado por sus fotorreportajes mostrando conflictos bélicos e injusticias sociales, pero cuya muy particular personalidad atraviesa un momento en el que no parece encajar bien con lo que hace y con su entorno, como queda de manifiesto en la forma en que se comunica con su editor en la revista Life, quien ya no parece querer saber más del fotógrafo, pero a quien a regañadientes logrará convencer de que lo apoye en una nueva misión que lo ha entusiasmado al aparecer de manera inesperada: viajar a Minamata, una localidad costera en Japón en la que durante años los pobladores han estado enfermándose por el mercurio arrojado como desecho por la negligencia de una poderosa corporación local. La experiencia de capturar con su cámara las imágenes de lo que ve en la zona será muy decisiva para el momento personal y profesional que está viviendo el protagonista, en lo que se convertiría en un verdadero hito en los ensayos fotográficos de esa época.

Un argumento como este quizás funciona mejor en las producciones documentales que se han realizado sobre el tema, y al abordarlo desde la ficción se corre siempre el riesgo de caer en lo que se conoce como «white savior», concepto que se aplica cuando un protagonista occidental llega a ayudar, salvar o rescatar a personajes de latitudes distintas a la suya. Inspirándose en el libro que el propio Smith escribió junto a su esposa Aileen -a quien justamente conoció en estas circunstancias y quien en el filme es el principal personaje femenino-, en Minamata el director no muestra al fotógrafo como un héroe carismático ni le da contornos épicos, aunque de todos modos la forma de contar la historia, cómo está filmada y cómo se desarrolla todo es bastante convencional y de acuerdo con las pautas o esquemas de este tipo de producciones. En cuanto a mostrar el proceso del trabajo fotográfico y la fascinación que pueden producir las imágenes y cómo hasta puede llegar a convertirse en una obsesión para el fotógrafo, es algo tal vez tan intangible que no es fácil de transmitir a la vez en una película, como de cierto modo ocurría por ejemplo en Retrato de una pasión, largometraje de 2006 en el que Kidman encarnaba a Diane Arbus. Sin embargo y más allá de eso, lo que más importa y vale es seguir dando a conocer estas historias a través de la pantalla, porque por desgracia siguen sucediendo a lo largo de la historia hasta nuestros días, como bien se refleja en las imágenes de distintas partes del mundo que se ven durante los créditos finales.

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Depp y un sólido elenco nipón

Considerando que a menudo se lo ha encasillado en personajes excéntricos y a veces al borde de la caricatura, siempre se agradece poder ver a Depp en roles menos externos, que le permiten desarrollar más matices interpretativos, y aunque acá tal vez se lo ve más parco, serio y contenido de lo necesario, es muy efectivo en lo que se requiere de Smith. Son especialmente logradas sus interacciones con el editor que encarna el reciente nominado al Oscar Bill Nighy, y también destaca la presencia de distintas figuras del cine japonés a quienes hemos visto en títulos tanto de reconocidos cineastas asiáticos como internacionales, de Miike, Fukasaku y Kore-eda a Kiarostami, Scorsese, Eastwood,Tarantino y Waititi: entre otros, Minami, Tadanobu Asano, Ryo Kase, Jun Kunimura y Hiroyuki Sanada, presente en estos días también en la exitosa John Wick 4. 

Filmada en locaciones de Serbia y Montenegro y en la auténtica zona de Minamata, hay un buen trabajo de reconstrucción de época, acentuado por la labor del experimentado director de fotografía francés Benoît Delhomme. Y un ingrediente extra para recomendarla: la banda sonora es del reconocido maestro nipón Ryuichi Sakamoto, quien siempre es garantía de calidad y sensibilidad en cualquier película que incluya sus composiciones, y acá aporta una partitura muy efectiva en tensión y atmósfera, pero que también incluye la expresiva belleza y lirismo que se suele asociar con muchos de sus trabajos para cine, como sucede casi en la mitad de Minamata, acompañando un importante momento del protagonista en el cuarto de revelado. También funciona muy bien el uso de algunas canciones, como la clásica «I’d Love to Change the World» de Ten Years After, como fondo musical del energético montaje del inicio, nuevamente con Smith en proceso de revelado. Menos ad hoc y más convencional parece la canción de los créditos finales que interpreta Katherine Jenkins, esposa del director en la vida real y quien tiene acá su debut actoral en cine interpretando un rol secundario en las escenas de la revista Life. 

  • Título original: Minamata
  • Director: Andrew Levitas
  • País: Inglaterra, Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos, Japón
  • Año: 2020
  • Género: Drama, historia
  • Duración: 115 minutos
  • Guión: David Kessler, Stephen Deuters, Andrew Levitas, Jason Forman
  • Con: Johnny Depp, Minami, Bill Nighy, Tadanobu Asano, Hiroyuki Sanada, Ryo Kase, Jun Kunimura, Katherine Jenkins
  • Música: Ryuichi Sakamoto
  • Producción: Zach Avery, Johnny Depp, Bill Johnson, David Kessler, Andrew Levitas, Sam Sarkar, Gabrielle Tana, Kevan Van Thompson
  • Fecha de estreno: 30 de marzo, 2023
  • Distribuidora: Cinecolor Films

Joel Poblete Morales

Periodista y crítico de cine, ex presidente del Círculo de Críticos de Arte de Chile. Como miembro de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica, FIPRESCI, integró jurados de la crítica en festivales de Alemania, España, Suiza y México. Entre 2007 y este año fue uno de los programadores del festival de cine SANFIC. Periodo 2020 - 2023.

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