Estrenada el año pasado en el Festival de Cine de Valdivia. En cuya competencia recibió el premio especial del jurado y además ganó el premio del público. “Tan inmunda y tan feliz” ha tenido un recorrido que también incluyó una mención especial del jurado en la competencia nacional de FIDOCS. Y recientemente el premio del público en el festival AMOR. Ahora este documental chileno se está exhibiendo en salas independientes a lo largo del país, como estreno de julio del programa Miradoc.
La película se centra en la a estas alturas icónica Hija de Perra. Un verdadero símbolo de la disidencia y el under en Chile. Quien a casi una década de su fallecimiento cuando sólo tenía 34 años. No sólo se ha ido afianzando como un símbolo para las nuevas generaciones locales, sino además un referente más allá de nuestras fronteras.
Carismática, inquieta y energética. Esta joven transformista incursionó en la performance, la actuación, la música y el modelaje. Entre otros ámbitos que le permitieran expresar su rebeldía y su expresiva y rupturista manera de mirar a la sociedad y el mundo.
Ya existía un documental previo centrado en ella -Perdida Hija de Perra, cortometraje de 2010 dirigido por Vicente Barros-, pero en este caso se trata de un trabajo mucho más cercano a esta figura inclasificable e irresistible. Ya que lo dirige su mejor amigo, Wincy Oyarce, en base a las muchas grabaciones en video de Hija de Perra que éste registró y recopiló durante años.
Probablemente esta cercanía podría ser considerada por más de alguien como un obstáculo para desarrollar algún grado de objetividad en el retrato que la película desarrolla en torno a su protagonista. Pero no se puede negar que la variedad y cantidad de archivos conforma un excelente acercamiento a todo lo que encarnó esta diva del under.
Y el realizador no disimula u oculta esa proximidad, porque desde el inicio su voz en off -«desde el planeta Tierra»- le habla a su amiga, y a lo largo del filme le hace preguntas, le describe y cuenta cosas, lo que le da un tono de cotidianidad, calidez y complicidad que tal vez ninguna otra película sobre Hija de Perra podría alcanzar.
Es que efectivamente, salvo una suerte de prólogo y un epílogo en el que otras reconocidas figuras del transformismo local -entre ellas algunas que fueron del círculo más cercano de la protagonista en lo personal y artístico- parecen invocar a Hija de Perra en la escenificación de un verdadero ritual que homenajea el tipo de actos performáticos de ésta, y descontando un par de momentos en los que en la actualidad dan sus testimonios y recuerdos sus padres, Tan inmunda y tan feliz descansa casi exclusivamente en esos videos, algunos de ellos muy rústicos y caseros, los más antiguos datando de hace alrededor de dos décadas.
Mirada under y desenfadada
Tras un primer proyecto colectivo, “Los bastardos” (2006), Wincy Oyarce había realizado hasta ahora otros tres largometrajes, el primero de los cuales, “Empaná de pino” (2008), una alocada ficción protagonizada precisamente por Hija de Perra y que por supuesto también figura entre los momentos que muestra este documental, marcó el rumbo de sus trabajos posteriores, porque tanto en “Otra película de amor” (2012) como en su anterior documental, “La última vedette” (2017), siguió apostando por la mirada under y desenfadada que recuerda en algunos pasajes a la de autores como John Waters y Gregg Araki, así como la manera en que sus personajes asumen sus diferencias y la diversidad en contraste con la sociedad y el mundo que los rodea.
En ese sentido, así como se emparenta a nivel estético y narrativo con otro trabajo reciente como fue “Travesía travesti” -que hace un año también comentamos en Placer Culpable-, “Tan inmunda y tan feliz” es muy coherente con la filmografía que su director ha estado desarrollando durante los últimos 15 años y, si a pesar de sus elementos atractivos “La última vedette” no consiguió desarrollar el potencial humano y argumental que ofrecía un personaje tan fascinante como el de la veterana vedette Maggie Lay, esta nueva incursión documental sí es más efectivo como retrato y aproximación a su protagonista.
Eje en lo público y performático
A pesar de eso, igual es entendible si las audiencias se quedan con ganas de haber sabido un poco más sobre la vida de Hija de Perra más en lo personal, lo cotidiano, lo humano más allá del personaje, por mucho que quede claro que al parecer ella era siempre así en todos los ámbitos. Con un look y una forma de ser desinhibida, frontal e irreverente, como cuenta el documental inspirado en artistas como Divine, Nina Hagen, Madonna y Gloria Trevi, Hija de Perra fue como ella misma dice en una entrevista alguien nacido en la periferia, que escapaba del binarismo de género y cuyo enfoque de la vida buscaba que la gente se diera cuenta de las estructuras o marcos en los que se habían formado y que les hacían pensar de determinada forma.
La veremos desde participando en escandalosas performances donde los desnudos, el sexo, los fluidos, los símbolos y la crítica social se representan de manera directa y sin tapujos, pasando por sus incursiones musicales como su banda Indecencia transgénica, hasta su paso por ámbitos más académicos como museos o la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, en algunas ocasiones desatando polémicas y provocando repudio, y finalmente en las marchas callejeras, donde incluso fugazmente se cruza con otro icono de la disidencia como Pedro Lemebel.
Puede ser una buena opción haberse remitido sólo a los archivos y que no se contara con testimonios de más personas, tanto de su círculo inmediato como de otros ámbitos, que podrían haber ayudado a contextualizar mejor y dimensionar aún más al personaje y su relevancia en el pasado y el presente, pero tal vez habrían transformado a “Tan inmunda y tan feliz” en un documental más completo, aunque a la vez más convencional y menos libre en su forma.
Y tal vez, de todos modos, habría sido interesante ver una propuesta así, es inevitable pensarlo en los 10 o 15 últimos minutos de la película, cuando se cuentan más detalles de la vida personal de Hija de Perra, desembocando en sus últimos días y la despedida de sus seres queridos. Pero lo importante es que, como acercamiento a su figura, como rescate histórico de un personaje único e influyente, es una forma muy válida de darla a conocer, que se desarrolla con buen ritmo y dinamismo, y al igual que como pasó en la vida real, encantará a quienes sintonicen con su forma de ser, e incomodará o hasta desagradará a quienes no conectan con este tipo de expresiones culturales y sociales.
- Título original: Tan inmunda y tan feliz
- Director: Wincy Oyarce
- País: Chile
- Año: 2022
- Género: Documental
- Duración: 89 minutos
- Guión: Wincy Oyarce
- Música: Elefante Gonorrea
- Producción: Adriana Denisse Silva
- Fecha de estreno: 20 de julio, 2023
- Distribuidora: Miradoc