Abr 10, 2025

Review de Tierras Perdidas

En un mundo postapocalíptico donde los deseos tienen consecuencias y los monstruos también se enamoran, Tierras Perdidas se lanza como un híbrido de ciencia ficción, fantasía oscura y western, con Milla Jovovich y Dave Bautista como protagonistas de un viaje tan retorcido como emocional.

¿Y si los cuentos de hadas fueran pesadillas disfrazadas? ¿Y si el amor fuera una condena en vez de una salvación? Estas son algunas de las preguntas que se abren paso en Tierras Perdidas, la nueva apuesta del director Paul W. S. Anderson, quien se atreve a adaptar un cuento de George R.R. Martin con todo lo que eso implica: mundos rotos, criaturas mitológicas, pasiones trágicas y mucha, mucha oscuridad emocional.

Pero antes de entrar en los matices de esta historia, pongámonos en contexto. El mundo que conocíamos ha desaparecido. Todo lo que queda de la civilización está contenido en un solo sitio: La Ciudad bajo la Montaña, un enclave aparentemente seguro rodeado por un vasto terreno salvaje y hostil, conocido como las Tierras Perdidas. Solo unos pocos se atreven a cruzar ese límite… y casi ninguno regresa.

Ahí, en ese espacio de frontera entre lo civilizado y lo desconocido, es donde se desarrolla esta historia que mezcla el espíritu de las road movies con la estética del western y la tensión de un buen cuento fantástico. Y al centro de todo, una bruja y un pistolero: dos almas marcadas por el destino, embarcadas en una misión que parece simple, pero que desencadenará verdades complejas.

Una bruja, un deseo, un viaje

La protagonista de esta historia es Gray Alis, interpretada por Milla Jovovich, quien vuelve a trabajar con su pareja y colaborador frecuente Paul W. S. Anderson, en un papel que le queda como anillo al dedo. Gray no es la típica bruja malvada ni la sanadora sabia de los cuentos clásicos. Es una figura errante, independiente, poderosa, pero atada a una regla esencial: si alguien le pide un deseo, está obligada a cumplirlo.

Y cuando la reina de la Ciudad bajo la Montaña le solicita encontrar a un hombre lobo capaz de traerle poder y fortuna, Gray no puede negarse. Junto a ella se une Boyce (Dave Bautista), un pistolero endurecido por la vida, con más pasado que futuro, y con el tipo de presencia que impone respeto sin decir una sola palabra.

La relación entre Gray y Boyce es uno de los pilares de la película. No es una historia de amor en el sentido tradicional, sino una conexión que se va construyendo a través del dolor, la lealtad y la supervivencia. Ambos personajes están quebrados, pero su viaje los enfrenta a algo que ninguno esperaba: una posibilidad, mínima pero real, de redención.

George R.R. Martin en su faceta más oscura (y más íntima)

La historia de Tierras Perdidas nace de uno de los cuentos menos conocidos de George R.R. Martin, el creador de Juego de Tronos. No estamos ante dragones y guerras de tronos, pero sí ante una narrativa igual de cargada de dilemas morales, personajes complejos y un tono sombrío que se siente muy fiel al universo del autor.

Paul W. S. Anderson confesó que eligió este cuento porque “era una historia de amor, pero al estilo Martin: retorcida, trágica, con finales que no son felices”. Y ese es, quizás, uno de los mayores encantos de esta adaptación. No intenta suavizar la crudeza original del relato, sino que la abraza y la transforma en una experiencia visualmente fascinante y emocionalmente perturbadora.

Claro, para los fans de Canción de Hielo y Fuego esto será un festín. Hay criaturas mitológicas, un mundo postapocalíptico cuidadosamente diseñado y personajes que, aunque parecen arquetípicos al comienzo, van revelando matices que los hacen mucho más humanos (o inhumanos, según el caso).

Una apuesta estética ambiciosa

Uno de los aspectos más comentados de Tierras Perdidas es su estilo visual. La película fue grabada completamente en estudio, con la ayuda de Unreal Engine, una tecnología más común en videojuegos que en cine. Esto permitió construir un universo visualmente estilizado, muy cercano a una novela gráfica con aires de pintura renacentista, especialmente influenciada por la obra del pintor Hieronymus Bosch.

El resultado es una atmósfera única, entre lo onírico y lo decadente. Los escenarios no buscan parecer “reales”, sino que abrazan lo fantástico, lo artificial, lo teatral. Esto puede ser chocante para algunos, pero una vez que se acepta el código estético, la película se vuelve hipnótica. Hay algo de videojuego, sí, pero también de ópera trágica. Y eso no es algo que se vea todos los días en cartelera.

Milla Jovovich lo resume bien cuando dice que, gracias a esta tecnología, “los actores teníamos una vista completa de dónde estábamos y de cómo eso nos afectaba. Solo hizo que Tierras Perdidas se sintiera más real”. Y se nota. Las actuaciones se benefician de este enfoque, permitiendo que los intérpretes se entreguen con fuerza a sus roles, sin perderse en la abstracción de la pantalla verde.

Jovovich y Bautista: química en lo inesperado

Hablemos de los protagonistas. Milla Jovovich ya ha demostrado en más de una ocasión que puede llevar sobre sus hombros películas de acción y fantasía (Resident Evil, Ultravioleta, Monster Hunter), pero aquí muestra una madurez distinta. Gray Alis es un personaje lleno de contradicciones, y Jovovich logra transmitir tanto su poder como su vulnerabilidad sin caer en los clichés del “anti-héroe cool”.

Por su parte, Dave Bautista continúa consolidándose como un actor capaz de ir mucho más allá del músculo. Sí, su presencia física es imponente, pero su interpretación como Boyce tiene una carga emocional que sorprende. Hay momentos de silencio donde basta una mirada suya para entender todo lo que está sintiendo. Juntos, logran una química inesperada, pero que funciona porque se basa en la desconfianza, la ironía y, poco a poco, en algo parecido al cariño.

Conclusión: una fantasía oscura que se arriesga y gana

Tierras Perdidas no es una película para todos los públicos, y eso es justamente lo que la hace interesante. Su tono oscuro, su ritmo contemplativo y su propuesta visual tan particular pueden descolocar a quienes esperen una aventura más tradicional. Pero quienes entren en su juego, encontrarán una obra que se arriesga, que construye un mundo propio y que se permite explorar temas poco comunes en el cine de género: el peso de los deseos, la inevitabilidad del destino y la fragilidad de los vínculos humanos.

Paul W. S. Anderson demuestra aquí que puede ir más allá de la acción desenfrenada. Que puede construir una película que, sin dejar de lado lo espectacular, apuesta por personajes complejos y por una narrativa que incomoda, pero también emociona.

Y eso, en un panorama cinematográfico tan saturado de fórmulas seguras, se agradece. Así que si buscas algo distinto, oscuro, melancólico y con una estética que no olvidarás fácilmente, Tierras Perdidas merece tu atención.

  • Título Original: In the Lost Lands
  • Director: Paul W.S. Anderson
  • País: Alemania, Canadá, Estados Unidos
  • Año: 2025
  • Género: Acción, Aventura, Fantasía
  • Duración: 1 hora 41 minutos
  • Con: Milla Jovovich, Dave Bautista, Arly Jover, Amara Okereke, Fraser James, Simon Lööf
  • Guión: Constantin Werner, Paul W.S. Anderson, basado en el libro del mismo nombre de George R.R. Martin
  • Música: Paul Haslinger
  • Producción: Paul W.S. Anderson, Dave Bautista, Milla Jovovich, Robert Kulzer, Jonathan Meisner, Constantin Werner
  • Fecha de estreno: 10 de abril, 2025
  • Distribuidora: Diamond Films
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Teresa Vargas

Mi pasión es el cine. Últimamente me han interesado las series. Odio esperar semana a semana así que espero que terminen para comenzarlas. Nací en Estados Unidos de padres chilenos. Vivo en Gaithersburg.

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