Placer Culpable

Dic 16, 2022

Pinocho de Guillermo del Toro

En un año particularmente fructífero para su carrera, Guillermo del Toro está cerrando su 2022 en muy buena forma; en particular estos últimos meses, partiendo con el estreno en Netflix a fines de octubre de la serie antológica El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro, en la que no dirigió ninguno de sus ocho episodios, pero sí escribió dos de ellos, es el creador del proyecto y además presentaba al inicio cada capítulo. El resultado fue irregular pero ciertamente interesante, y dos o tres episodios fueron realmente muy logrados. Pero eso era sólo la antesala para un proyecto muy anhelado durante años por el realizador mexicano: un largometraje con su propia versión del clásico Pinocho, estrenada también en octubre como parte del Festival de Londres, luego exhibida en cines de distintos países en noviembre y que ahora finalmente se puede ver en todo el mundo e incluyendo estas latitudes, también a través de Netflix. 

Como se ha reiterado prácticamente cada vez que se ha escrito de esta película, no deja de llamar la atención la cantidad de adaptaciones fílmicas que sigue teniendo la tradicional historia escrita por Carlo Collodi y publicada originalmente entre 1881 y 1883. La más recordada y emblemática sigue siendo sin duda la de Disney de 1940, pero como pasa con otras historias también llevadas a la animación por esa compañía como las de Peter Pan y Alicia en el país de las maravillas, ha vuelto a filmarse en diversas oportunidades, aunque ha sido en las últimas dos décadas, y especialmente en los últimos años, que han aparecido cada vez más versiones. Partiendo con la especie de relectura en clave de ciencia ficción a partir de Brian Aldiss y un proyecto de Kubrick, que en 2001 propuso la A.I. Inteligencia artificial de Spielberg, o la de 2002 dirigida y protagonizada por Roberto Benigni, a la que en los últimos tres años se agregaron la de 2019 dirigida por Matteo Garrone -y donde también estaba Benigni, pero ahora interpretando a Geppetto- nominada el año pasado a dos Oscar, y este mismo 2022, dos con pocos meses de diferencia, ambas a cargo de ganadores del premio de la Academia hollywoodense: mientras el live action de Robert Zemeckis que debutó en septiembre en Disney+ con Tom Hanks como Geppetto no fue muy bien recibido por los críticos, la de Del Toro ha generado elogios prácticamente unánimes de los expertos y los cinéfilos, y también cosechando nominaciones a premios, las más recientes esta semana en los Globos de Oro y los Critics Choice, y muy probablemente también tendrá más de una candidatura en los Oscar.

Un niño de madera en la Italia de Mussolini

Distintos críticos y cinéfilos están diciendo que esta es la mejor versión que se ha filmado de la tradicional historia. Personalmente puedo disentir de esa opinión, y no podría afirmar de manera tan tajante si hay una película definitiva sobre este clásico, aunque claramente esta nueva es mucho más interesante y cautivadora que la adaptación de Zemeckis, y sin duda es de las más personales y que ha intentado trabajar con el argumento original de una manera más lúdica e incluso arriesgada. Porque la historia ya no transcurre en la Italia de fines del siglo XIX como en el original de Collodi, sino en los tiempos del auge del fascismo y con Mussolini en el poder, quien incluso aparece como personaje en un momento. A partir de la adaptación ilustrada de hace dos décadas que creó el dibujante estadounidense Gris Grimly, aunque igual tiene momentos tiernos y encantadores en general esta visión del cuento es más oscura, dolorosa e incluso cruda y siniestra, y claramente no muy recomendable para niños y niñas muy pequeños.

La trama nos muestra un inicio distinto, en el que conocemos lo que pasó originalmente con el hijo real de Geppetto, Carlo, y así aunque hay algunas situaciones que se parecen al argumento original, la mayoría de los personajes y acontecimientos son distintos, como la recurrente presencia de la Muerte, hermana del Espíritu del Bosque que funciona acá como una variante de la tradicional Hada Azul; e incluso la forma de ser de los protagonistas tiene diversas variaciones: más que el tierno niño de madera que se muestra tradicionalmente, en un comienzo acá Pinocho puede ser verdaderamente irritante, hiperactivo e insoportable, mientras Geppetto no es sólo el apacible y adorable viejecito al que estamos acostumbrados, sino un personaje más desencantado y huraño. Al menos el grillo, Sebastian J. Cricket, quien en este relato sirve como suerte de narrador y guía para el espectador, se parece un poco más a lo que habitualmente hemos visto antes.  

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Notable uso del stop motion y apuesta musical

Aunque al igual que en su Gabinete de curiosidades, a estas alturas Del Toro ya es una marca en sí misma, y eso le permite poner su nombre en el título incluso acá para demostrar que esta es «su» versión de la historia de Collodi, este Pinocho está codirigido junto a Mark Gustafson, quien debuta como realizador de largometrajes, pero ya tiene una extensa trayectoria en la animación, incluyendo su participación en el equipo de la genial Fantastic Mr. Fox (2009), de Wes Anderson. Al igual que en ese título, esta nueva versión de la historia del niño de madera tiene un notable y laborioso uso del stop motion -quizás algo también ayudó el contar con The Jim Henson Company entre los productores- y es una maravilla en términos visuales, al servicio de una trama dinámica y donde siempre están pasando cosas.

Ya en 2008 Del Toro había anunciado su idea de filmar esta historia, contando que el personaje y la adaptación de Disney que vio en su infancia habían sido una gran inspiración creadora para su propia carrera. Y luego de varias vicisitudes que fueron postergando el proyecto durante más de una década, tras ver la película, queda claro que efectivamente está muy conectada con lo que el mexicano ha realizado antes, incluyendo la conexión entre la infancia y la presencia y amenaza de la guerra, como ya sucedía en El espinazo del diablo y la aplaudida y premiada El laberinto del fauno. Y por supuesto, su humor negro, la presencia del horror en medio de lo cotidiano, los personajes grotescos y los monstruos, que se entrelazan con momentos de gran belleza y lirismo. Pero además acá hay una apuesta por algo que Del Toro no había probado antes: gracias a diversas canciones que surgen a lo largo del argumento, este Pinocho también es una fantasía musical; en su segunda colaboración con el realizador tras La forma del agua, por la que ganó su segundo Oscar, el siempre notable Alexandre Desplat crea acá una hermosa e irresistible partitura, que no tiene puntos bajos como música incidental, aunque en el caso de las canciones algunas funcionan mejor que otras, si bien es difícil que momentos como «My Son» o «Ciao Papa» no se roben el corazón de la audiencia. 

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Atractivo casting vocal

Como ya va siendo costumbre con cada nueva producción de Del Toro, el casting, en este caso de las voces, es muy estelar y efectivo. Aparecen por ahí desde algunas figuras que ya habían participado el año pasado en su anterior largometraje –El callejón de las almas perdidas-, como Cate Blanchett y Tim Blake Nelson, hasta John Turturro y el ascendente actor juvenil Finn Wolfhard, ganadores del Oscar como Tilda Swinton y Christoph Waltz, y un nombre muy recurrente en su filmografía como Ron Perlman, quien actuó hace tres décadas en su ópera prima, Cronos, y ha estado en la mayoría de sus películas. Eso sí, el protagonismo corre por cuenta de la aguda voz del niño Gregory Mann como Pinocho, el veterano actor británico David Bradley (a quien hemos visto en la saga Harry Potter como Argus Filch, y también en series como Game of Thrones) como Geppetto, y el siempre ecléctico Ewan McGregor, una vez más luciendo sus dotes de cantante, acá en el rol del grillo y narrador. 

Este primer largometraje en stop motion de Del Toro puede generar sentimientos encontrados, por los contrastes entre lo que muchos asocian con la historia de Pinocho, y la crudeza y momentos complejos que incluye esta versión, sobre todo considerando la presencia de personajes infantiles en situaciones como entrenamiento militar en el contexto fascista. Pero siempre es bueno recordar que el cuento original de Collodi ya contaba con situaciones dolorosas y crueles, y quizás todo esto puede servir para reflexionar en torno a distintas temáticas que se viven diariamente en este mundo actual. Más allá de cualquier divergencia, no se puede negar que esta propuesta logra conquistar al público, culminando en un desenlace conmovedor y que dejará con un recuerdo muy especial a quienes la vean. 

  • Título original: Guillermo del Toro’s Pinocchio
  • Director: Guillermo del Toro y Mark Gustafson
  • País: Estados Unidos, México, Francia
  • Año: 2022
  • Género: Animación, Drama
  • Duración: 117 minutos
  • Guión: Guillermo del Toro y Patrick McHale
  • Con: Voces de Gregory Mann, Ewan McGregor, David Bradley, Ron Perlman, John Turturro, Finn Wolfhard, Cate Blanchett, Christof Waltz, Tilda Swinton, Tim Blake Nelson
  • Música: Alexandre Desplat
  • Producción: Alexander Bulkley, Corey Campodonico, Guillermo del Toro, Lisa Henson, Gary Ungar
  • Web: Ver Acá
  • Fecha de estreno: 9 de diciembre, 2022
  • Plataforma: Netflix

Joel Poblete Morales

Periodista y crítico de cine, ex presidente del Círculo de Críticos de Arte de Chile. Como miembro de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica, FIPRESCI, integró jurados de la crítica en festivales de Alemania, España, Suiza y México. Entre 2007 y este año fue uno de los programadores del festival de cine SANFIC. Periodo 2020 - 2023.

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