Durante varios segmentos del primer capítulo de la serie “Isabel”, dirigida por el realizador chileno Rodrigo Bazaes, la protagonista acostumbra a decir que su ímpetu y curiosidad no dejan de ponerla en aprietos. A veces son situaciones que terminan jugando a su favor y le abren las puertas, pero no pocas veces son más bien amenazas a su integridad individual y a las de los suyos. ¿Por qué sus hijos, su esposo y hasta su abuelo han de sufrir las consecuencias de su independencia de carácter y su compromiso político?
Por otro lado, ¿Acaso en la timorata sociedad chilena de fines de los 60 e inicios de los 70, Isabel Allende no tiene derecho a marcar un camino a las mujeres y aportar a la vía chilena al cambio? A casi 50 años de los hechos parece obviamente que sí, pero lo que la producción de Rodrigo Bazaes muestra es que las cosas estaban aún más congeladas en el tiempo en ese período. En medio de las reformas que se impulsaban desde la época de Eduardo Frei hasta la de Salvador Allende, había un país que quería despertar y también otro que deseaba aferrarse al statu quo de siempre, desde lo social y político a lo doméstico y cotidiano.
En esa tensión, que hoy nuevamente remece a Chile, nace al mundo Isabel Allende como persona pública. Lo hace primero como la sagaz e ingeniosa periodista de revista Paula capaz de disectar los distintos tipos de maridos chilenos en sus artículos (los conservadores, los infieles, los cínicos, los aceptables, los modernos) o dispuesta a vestirse de vedette del Bim Bam Bum para escribir una crónica de la vida tras bambalinas. Es evidente que está adelantada a sus tiempos y que tarde o temprano alguien le pondrá la bota encima.
El preludio del esplendor
Con una ambientación de época bastante acertada (Rodrigo Bazaes empezó primero como director de arte en las películas de Andrés Wood), “Isabel” recurre al clásico formato del racconto para enganchar al espectador en su primer capítulo. En alguna fecha de los años 90, en medio del éxito y los honores que sus libros le proporcionan, la escritora (personificada por la actriz Daniela Ramírez) recibe la noticia de que su hija Paula está grave y acude rápidamente al hospital.
Aquella escena define el tono y las características de bastante de lo que vendrá en la serie: Isabel Allende se entera de la condición final de salud de su hija en medio de un homenaje, en plena conferencia, entre champaña, oropel y dignatarios. Luego hay un corte en el montaje y la cámara nos muestra los pasillos de una urgencia, los médico y Paula en estado agónico en una cama solitaria. De alguna manera la tragedia o el conflicto personal se tensiona siempre con la fama planetaria. Luego, vendrá la síntesis y el fruto de estas experiencias de vida. En este caso, la ventaja del tiempo nos permite saber que la narradora escribirá “Paula”, la extensa narración que reconstruye su relación con su hija, pero que además funciona como novela sobre una época de su vida y de su país.
Es justamente a partir de este libro que el guionista Jonathan Cuchacovich desarrolló esta miniserie de tres capítulos, un trabajo bastante directo y lineal, austero en valores de producción y dónde Daniela Ramírez debe aparecer en el 80 o 90 por ciento de las escenas. Poco después de la secuencia inicial, viene el largo flasback al que aludíamos antes y del hospital con Paula en condición grave pasamos a la vida familiar de Isabel a fines de los años 40 e inicios de los 50, cuando debe alojarse junto a su madre Francisca (Rosario Zamora) en la casa de sus abuelos maternos.
Esta es otra situación de fricción y necesidad, sujeta a la mala nueva del alejamiento de Tomás Allende, el padre bon vivant e irresponsable de la escritora, alguien que abandonó a su familia y al que todos curiosamente siempre definían “un hombre muy inteligente” frente a ella. Es difícil que la pequeña Isabel haya visto prueba de aquella “inteligencia” en sí es que observaba cómo su madre debía trabajar haciendo costuras y labores varias para mantener el hogar falto de ingresos monetarios.
El primer capítulo también da cuenta de la llegada de la futura escritora a la naciente revista Paula de los años 60 bajo la dirección de la periodista Delia Vergara. Vendrán los artículos ingeniosos y provocadores, la pluma humorística y afilada, el reconocimiento profesional. Al mismo tiempo la relación con su esposo Miguel Frías (Néstor Cantillana) sufrirá los embates de la emancipación profesional de Isabel, aunque eso es sólo un dato de la causa en el Chile de 1973: las nubes negras de un inminente golpe de Estado están a punto de dejar caer la lluvia torrencial y la tormenta política.
Dirigida con el habitual oficio de Bazaes, que también estuvo a cargo de las últimas temporadas de “Los 80”, “Isabel” es al menos en su primer episodio una producción correcta y sensata, ágil y cotextualizada. Habrá que ver si el vuelo llega más alto en los dos capítulos restantes.
Título Original: Isabel, La Historia Intima de la Escritora Isabel Allende
Director: Rodrigo Bazaes
País: Chile
Año: 2021
Género: Miniserie biográfica
Duración: 60 minutos por capítulo
Con: Daniela Ramírez, Néstor Cantillana, Rodolfo Pulgar, Rosario Zamora, Camila Correa Soya, Catalina Silva
Música: Jorge Aliaga
Producción: Isabel Miquel
Plataforma: Mega y Amazon Prime Video
Fecha de estreno: 3 de junio
