Placer Culpable

Feb 3, 2023

El Falsificador

Cuando se trata de historias que transcurren en la Alemania nazi, las propuestas cinematográficas suelen elegir principalmente entre dos caminos: o reflejan el horror y el dolor de lo que pasaba en esa época, ya sea desde el ámbito de los judíos o de los soldados alemanes, o se registran historias heroicas de bondad, sacrificio y supervivencia que nos reconfortan o al menos nos ayudan a mantener la fe en el ser humano incluso en las situaciones más terribles. En medio de ambos extremos se ubica El falsificador, filme germano que en estos días se estrenó en la cartelera local y se podrá ver en salas independientes como El Biógrafo y Cine Arte Normandie. 

Justamente el tono y punto de vista de este cuarto largometraje de la directora y guionista alemana, Maggie Peren, es lo que lo hace diferente de lo habitual en este tipo de producciones. Estrenado mundialmente hace un año en el Festival de Berlín, se inspira en una historia real y de hecho se basa en el libro escrito por su propio protagonista, Cioma Schönhaus, un joven judío que intenta sobrevivir en el Berlín de 1942. Hijo único, menos de una semana desde que sus padres y abuela se vieran obligados a abandonar la ciudad hacia otro sector de Alemania, a sus 21 años y mientras aloja a un amigo -también judío y que se mantiene haciendo arreglos de vestuario a cambio de alimento que le dan las señoras del mercado-, se encuentra trabajando en una fábrica de armas. Esto, le permitió quedarse en la capital aunque su familia tuviera que irse, donde un día un compañero de trabajo le pasa un dato que le cambiará la vida: un severo funcionario le encargará de manera encubierta falsificar pasaportes y documentos de identidad, una misión en la que el protagonista lucirá la habilidad perfeccionada durante el par de años que estudió dibujo y arte.

Un tono ligero y jovial

«Las buenas falsificaciones son pequeñas obras de arte» dirá en un momento Cioma, quien además irá descubriendo que puede desarrollar otros talentos y potenciales innatos, como incluso asumir una identidad que no es la suya. Todo vale con tal de evitar la deportación e incluso un posible destino aún más sombrío; la realidad en esos momentos es cada vez más compleja y, por si el joven no lo tuviera presente, alrededor suyo surgen distintos personajes que le recuerdan lo que está pasando en el día a día, desde el veterano representante del Departamento de Investigación Criminal que viene a supervisar que no pueda hacer uso o aprovechar los bienes de su propio hogar, hasta la entrometida, severa y permanentemente tensa señora Peters, una viuda que vive en el departamento de abajo.

Como argumento para una película, todo esto podría dar para cualquiera de los dos extremos ya señalados al inicio de este texto. Pero desde que luego de un breve flashback inicial -a un episodio muy puntual que volverá a aparecer más adelante- los créditos iniciales se despliegan al ritmo de una música de ritmos casi bailables compuesta por Mario Grigorov, el espectador podrá percibir que “El falsificador” elige un camino muy distinto, ligero, dinámico y por momentos incluso jovial, partiendo por la personalidad de su protagonista, quien va pasando por distintas situaciones en las que logra desenvolverse con una suerte de encanto y energía contagiosos, siempre sonriente y vital.

Esto no quiere decir que el largometraje llegue al extremo de lo que desarrolló Taika Waititi en su elogiada y premiada “Jojo Rabbit”, porque esto no es una sátira llena de situaciones absurdas y con mucho humor negro. Ni tampoco, a pesar de algunos elementos en común en su trama, se parece a la ganadora del Oscar en 2008 Los falsificadores, producción austriaco-alemana que se centraba en un tipógrafo judío que sobrevivía en plena Segunda Guerra Mundial e incluso conseguía salir de los campos de concentración precisamente gracias a sus dotes como falsificador.

Contrastes y equilibrios

Dos de las tres películas previas de Maggie Peren eran comedias y, aunque “El falsificador” no es una comedia ni provoca risas, hay algo de ese toque ligero que podría hacer pensar en ello. Pero las situaciones en las que se ve envuelto su protagonista mantendrán ese particular contraste y equilibrio entre sus peripecias y la dura realidad que se apodera progresivamente de Alemania a medida que avanza la guerra. Aunque la última media hora ya es inevitable que el peso de lo que está pasando se haga más patente, de todos modos, el film se guía por esa vitalidad y dinamismo que lo hace tan distinto a lo que se podía esperar.

El resultado general y el enfoque adoptado para esta historia no convencerán a todos por igual, partiendo por la propia figura de Cioma, quien no es completamente ni una víctima ni un personaje heroico o ejemplar, lo que tal vez haga que sea relativa la conexión el espectador pueda establecer con lo que le está pasando, a pesar del entusiasmo y carisma con que lo interpreta el actor alemán Louis Hofmann (quien se dio a conocer internacionalmente en el rol de Jonas en la serie de Netflix Dark), encabezando un sólido y convincente elenco. De todas maneras, hay distintos elementos que hacen interesante esta propuesta, como la forma en que se describe la cotidianeidad en esos tiempos difíciles, conformando un retrato social y humano que se ve muy bien contextualizado con la atractiva y lograda ambientación de época y fotografía. 

  • Título original: Der Passfälscher 
  • Director: Maggie Peren
  • País: Alemania
  • Año: 2022
  • Género: Drama biográfico
  • Duración: 116 minutos
  • Guion: Maggie Peren
  • Con: Louis Hofmann, Jonathan Berlin, Luna Wedler, Nina Gummich, André Jung, Marc Limpach, Yotam Ishay, Luc Feit
  • Música: Mario Grigorov
  • Producción: Alexander Dumreicher-Ivanceanu, Alexander Fritzemeyer, Dietrich Kluge, Martin Kosok, Jutta Lieck-Klenke, Bady Minck
  • Fecha de estreno: 2 de febrero, 2023
  • Distribuidora: CDI Films

Joel Poblete Morales

Periodista y crítico de cine, ex presidente del Círculo de Críticos de Arte de Chile. Como miembro de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica, FIPRESCI, integró jurados de la crítica en festivales de Alemania, España, Suiza y México. Entre 2007 y este año fue uno de los programadores del festival de cine SANFIC. Periodo 2020 - 2023.

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